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El truco de Cech para detener el penalti decisivo

El portero del Chelsea le ganó la partida a Schweinsteiger en el momento más importante de la final de la Champions.

El portero del Chelsea le ganó la partida a Schweinsteiger en el momento más importante de la final de la Champions.

Cada portero tiene su ritual a la hora de afrontar los penaltis. Unos esperan hasta el final para decidirse por un movimiento; otros intentan anticiparse al delantero. Los hay que pretenden engañar; incluso, algunos como Diego Alves llegan a una elaborada estrategia para hacer caer al lanzador en la trampa. Este sábado, en el momento más decisivo de todos, Petr Cech probó con otro truco. Y le salió a la perfección.

El guardameta del Chelsea está considerado como un consumado especialista. Y en el encuentro ante el Bayern volvió a constatarlo. En la prórroga detuvo un lanzamiento a Arjen Robben que hubiera sido crucial, sin el cual el Chelsea nunca podría haber logrado el título.

Una vez alcanzada la tanda de penaltis, el checo adivinó todos los lanzamientos. Incluso llegó a tocar alguno. Sólo la gran ejecución de Lahm, Mario Gómez y Neuer evitó que detuviera alguno de ellos. Pero en cuanto llegó el turno de Olic, que no tiró tan bien, el portero del Chelsea voló y despejó el esférico.

Con empate en la tanda, Cech decidió que había llegado su momento. Se jugaba el lanzamiento decisivo, el que valía una Copa de Europa, el que valía la historia de un club que nunca había llegado tan alto. Entonces puso en práctica su estrategia. Aprovechándose de los nervios de la situación, optó por no colocarse en el centro de la portería, sino un poco más hacia la derecha. Todo vale para engañar al rival. No es la primera vez, desde luego, que un portero hace eso; pero en una situación tan tensa, la respuesta del rival es más complicada.

Schweinsteiger decidió disparar por el lado que le estaba mostrando el checo. Éste hizo un amago de quedarse en el sitio, pero entonces se lanzó hacia su izquierda. Llegó a rozar con los dedos, pero de igual manera el futbolista alemán quiso ajustar tanto el balón que éste terminó golpeando en la madera. Como si Schweini tuviera claro que Cech se iba a tirar hacia ese lado, y pensara que tenía que ajustar al máximo el disparo para que el checo no lo alcanzara. Ni buscar el engaño, ni esperar a que el portero se moviera, ni nada. El cazador, cazado. Y el Chelsea, campeón de Europa. Gracias, sobre todo, a Petr Cech.

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