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Escándalo en Italia, éxito a la vista

Las quinielas negras, el Moggigate y ahora las apuestas ilegales. Tres escándalos que sacudieron Italia a las puertas de un gran torneo.

El fútbol italiano ha vuelto a verse inmerso en un escándalo de proporciones mayúsculas a las puertas de un gran campeonato. La Fiscalía de Cremona ha ordenado este lunes la detención de 19 personas por su supuesta implicación en una trama de amaño de partidos en el Calcio.

El entrenador de la Juventus, Antonio Conte, el central del conjunto turinés, Leonardo Bonucci, o el jugador recientemente excluido de la selección italiana, Domenico Criscito, están entre los investigados. El capitán de la Lazio, Stéfano Mauri, está detenido junto con otras 18 personas por dicha trama.

Los escándalos en el fútbol italiano no son nada nuevos y menos a las puertas de un gran torneo. La azzurra, lejos de hundirse, se crece ante las adversidades. Las dos últimas Copas del Mundo levantadas a manos de un italiano llegaron después de grandes escándalos que sacudieron los cimientos del fútbol transalpino.

Totonero o el Mundial de España 82

En la temporada 1979-80, el fútbol italiano se vio envuelto en el escándalo de las quinielas negras o totonero. El suceso tiene una gran similitud con el actual, ya que entonces también se vieron envueltos jugadores, entrenadores y dirigentes de clubes de la Serie A y Serie B. Los jugadores manipulaban los resultados de los partidos y, a continuación, cobraban una comisión por un porcentaje de los beneficios de las quinielas.

El escándalo se produjo a las puertas de la Eurocopa de 1980, organizada precisamente por Italia. La azzurra cuajó un papel mediocre y, pese a que accedió a las semifinales del torneo, fue apeada en los penaltis por Bélgica.

Durante años y años, Italia sufrió las consecuencias de totonero, de hecho, clubes importantes como el Milan o la Lazio acabaron en la Serie B. Uno de los goleadores más importantes del país, Paolo Rossi, fue inhabilitado durante dos años. Con gran polémica, Rossi fue convocado para el Mundial de España justo cuando su finalizaba su condena.

Dos años después de totonero, la selección italiana se presentaba en España con un equipo dividido y con pocas opciones de ganar el Mundial. Sin embargo, con el portero Dino Zoff y Paolo Rossi –marcó tres goles en aquél encuentro- la selección italiana dejó fuera de las semifinales del torneo a la potente Brasil de Sócrates y Falcao. En la final, Italia logró su tercer Mundial en el Santiago Bernabéu ante la Alemania Federal de Breitner y Rummenigge. Paolo Rossi, condenado por las apuestas ilegales, volvió a Italia como un héroe tras convertirse en el hombre clave del torneo.

Calciopoli y el cabezazo de Zidane

En 2005 y 2006, el fútbol italiano se volvió a ver salpicado por un escándalo aún mayor que el de totonero. Entonces, todo el Calcio tembló por el proceso conocido como calciopoli, una trama para la designación de árbitros en los partidos clave del campeonato. El escándalo también se conoció como Moggigate, ya que Luciano Moggi, director general de la Juventus era el cabecilla de la trama.

Poco antes del comienzo del Mundial de 2006 salen a la luz unas conversaciones telefónicas entre directivos de la Juventus, Milan, Lazio y Fiorentina con la persona encargada de designar a los árbitros, Paolo Bergamo, y el jefe de los árbitros, Pierluigi Pairetto. En el centro de las investigaciones se sitúan dos directivos de la Juventus, Luciano Moggi y Antonio Giraudo.

La Federación Italiana de Fútbol, cinco días antes de la disputa de la final del Mundial de Alemania, impuso fuertes sanciones a la Juventus, al Milan, a la Lazio y a la Fiorentina, entre otros. La Juventus fue desposeía de dos Scudettos y bajó a Serie B, el Milan quedó apeado de la Champions, la Fiorentina fue descendida a la Serie B, mientras que la Lazio era condenada a la pérdida de 30 puntos -las sanciones fueron rebajadas posteriormente por el Comité Olímpico Italiano (CONI)-.

En estas condiciones, el viejo seleccionador Marcello Lippi se presentaba a Alemania con un equipo plagado de veteranos, pero no exento de calidad técnica. Después de sufrir lo indecible en octavos ante Australia y eliminar con facilidad a Ucrania, Italia dio el do de pecho ante la anfitriona del torneo, dando una auténtica exhibición en unas semifinales para recordar. En la final, con el histórico cabezazo de Zidane a Materazzi, Italia ganó su cuarto Mundial en la tanda de penaltis. De nuevo, salieron campeones en mitad de un escándalo.

Con la piel de cordero a la Eurocopa

Ahora, el fútbol italiano vuelve a verse envuelto en un fuerte escándalo en la previa de un gran torneo. La policía italiana ha irrumpido en el hotel de concentración de la selección italiana para tomar declaración a Domenico Criscito, que ya ha sido excluido de la lista de la Eurocopa.

Entre los convocados por el seleccionador Cesare Prandelli también se encuentra el defensor de la Juventus, Leonardo Bonucci, que también está siendo investigado y que podría desaparecer de la lista que el técnico dará este martes.

Además, entre los investigados está el entrenador del reciente campeón de Italia, Antonio Conte. Las sospechas sobre el técnico, que con solo una temporada ha devuelto a la Juventus a lo más alto de la Liga italiana, se centran en su etapa como entrenador del Siena, cuando pudo tener conocimiento del amaño de un empate en el partido que los toscanos disputaron contra el Novara en abril de 2011.

La pista sobre Conte la lanzó un exjugador suyo en el Siena, Filippo Carobbio, durante sus declaraciones ante las autoridades judiciales, a quienes, sin embargo, otros futbolistas del club toscano han negado que el técnico supiera nada de ello.

De momento, Stéfano Mauri, capitán de la Lazio, ya ha sido detenido. La Fiscalía de Cremona le considera como "demasiado próximo" al supuesto clan del que formaban parte los cinco húngaros detenidos –ramificación extranjera de la trama- y que a su vez tenía supuestamente una relación directa con el posible jefe de la organización, un ciudadano de Singapur llamado Eng Tan Seet.

Los investigadores creen que esta supuesta trama, con ramificaciones en el extranjero, condicionó o intentó condicionar durante varios meses y hasta la pasada temporada los resultados de algunos partidos de varias categorías del fútbol italiano para conseguir importantes beneficios a través de las apuestas deportivas.

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