España enamora en París

París vuelve a rendirse al tenis español. La Armada ha metido en los cuartos de final de Roland Garros a tres miembros –Rafael Nadal, David Ferrer y Nicolás Almagro– y, lo que es aún más complicado, sin ceder un solo set durante el torneo, algo que ningún otro tenista ha logrado en la presente edición.

La supremacía española en la arcilla se ha demostrado una vez más este lunes. Mientras los otros grandes favoritos a la Copa de los Mosqueteros –Djokovic y Federer– sudaban el domingo para meterse en los cuartos de final, los españoles han arrasado sin miramientos a sus rivales y afrontan la recta final del torneo con optimismo.

La mala noticia es que los tres van por el mismo lado del cuadro, así que sólo podría haber un finalista español en París. Ferrer-Murray y Almagro-Nadal son los cuartos de final de Roland Garros. 

Huracán Nadal

El último en poner un pie en cuartos ha sido Rafa Nadal, que no ha tenido piedad de su amigo Juan Mónaco, al que ha despachado (6-2, 6-0 y 6-0) en sólo una hora y 46 minutos. El manacorense sólo ha cedido durante el torneo 19 juegos y, una vez más, es el máximo favorito para hacerse con el título. Nadal ha jugado hasta ahora 50 partidos en Roland Garros, con 49 victorias y sólo una derrota, ante Soderling en 2009. 

El balear está demostrando en París su cambio de juego. La agresividad mostrada en el Abierto de Australia la está utilizando también en la arcilla, donde ya conquistó Montecarlo, Barcelona y Roma antes de plantarse en la capital francesa con la intención de levantar su séptimo Roland Garros y desbancar a Bjorn Borg.

Almagro, la gran sorpresa

Antes deberá hacer frente en cuartos de final a Nicolás Almagro, que atraviesa el mejor momento de su carrera y ha accedido por tercera vez a la antepenúltima ronda de Roland Garros tras eliminar al serbio Janko Tipsarevic por un triple 6-4 en dos horas y 13 minutos.

Precisamente, Almagro se volverá a ver las caras en esta ronda con su verdugo de los dos últimos años, Rafa Nadal, quien le apeó en 2008 con un contundente triple 6-1 y en 2010 con un resultado más ajustado (7-6, 7-6 y 6-4), pero también en tres sets.

Sin embargo, el murciano ha alcanzado la madurez que le faltaba en estos años. Almagro, temperamental donde los haya, está sabiendo canalizar su furia en la raqueta, como ya demostró ante Baghdatis, cuando era increpado por el público chipriota.

Esta tranquilidad le ha llevado a ganar el torneo de Niza hace sólo diez días sin ceder un solo set y a plantarse en los cuartos de final de un Grand Slam con el mismo inmaculado bagaje. El murciano ya suma dos títulos este año –Niza y Sao Paulo– y, con el permiso de Nadal y tras unos Masters 1.000 de arcilla algo decepcionantes, amenaza con ser la gran sorpresa en París.

La consagración de Ferrer

Menos sorprende ya la participación de David Ferrer. El alicantino se está mostrando intratable durante el 2012 y en París también se ha metido en los cuartos sin ceder un solo set. Este lunes ha aplastado al también español Marcel Granollers (6-3, 6-2 y 6-0) en una hora y 51 minutos, al que ha apartado, además, del concurso individual de los Juegos Olímpicos.

David Ferrer está realizando una campaña impecable sobre arcilla. Alcanzó las semifinales en Roma, donde perdió con Nadal, y los cuartos en Madrid –cayó ante Federer-. Además, jugó también la final de Barcelona ante el manacorense. Su único lunar fue Montecarlo, donde perdió a las primeras de cambio ante el brasileño Bellucci.

Además, el alicantino conquistó tres títulos en el inicio de temporada –Auckland, Buenos Aires y Acapulco–, los últimos dos sobre polvo de ladrillo, avisando de lo que sería capaz en París.

Al igual que Almagro, Ferrer ha templado mejor su cabeza y se ha plantado por tercera vez en los cuartos de final de Roland Garros. Sólo ha cedido nueve juegos en los últimos dos partidos, lo que debería ser una garantía para afrontar la antepenúltima ronda, que jugará ante Andy Murray, que, pese a sus problemas físicos, ha eliminado al héroe local Richard Gasquet en cuatro sets (1-6, 6-4, 6-1 y 6-2).

Como España ya ha demostrado en los últimos años en la Copa Davis, el tenis nacional es mucho más que Rafa Nadal, sobre todo en tierra batida. España es la mayor potencia mundial en esta superficie y, una vez más, para incordio del público francés, lo está demostrando en Roland Garros.