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El Barcelona agua la fiesta en el Palacio de los Deportes

Tras la paliza encajada el lunes, los culés resurgen de sus cenizas y consiguen llevar la serie de vuelta al Palau.

Bocona dijo el día 14 de Junio de 2012 a las 00:26:

Sr. Siles: leer su comentario escrito antes de que se jugara el 4º partido de esta final es n ejercicio muy placentero para las/los aficionadas/os del BarÇa como yo. No hay que añadir nada. Sólo un detalle: uted considera que fue Pete Mickel el iniciador del problema entre él y Suárez. No me parece que fuera así. Desde luego Pete Mickel no ha sido castigado sin jugar este partido y ha conseguido 13 puntos. Suárez no ha conseguido ninguno. Según el americano, Suárez está frustrado y eso lo convierte en agresivo. En la eliminatoria frente al Caja Laboral también tuvo Suárez un altercado. Fue también culta del jugador del Caja Laboral. Está claro que a ud no le pareció mal que el jugador del Caja Laboral no se arrepintiera. Ahora sí. Ahora le gustaría que Pete Mickel se arrepienta. ¿Por qé esa manía de los periodistas deportivos de Madrid siempre ansiosos para que por cualqier motivo los jugadores del Barcelona, de cualquier especialidad, se arrepientan o pidan perdón?. Debe ser que los pone. Pero, mire, va a ser que no. Ni Xavi Hernández se va a retractar de lo que ha dicho sobre la poca deportividad del Madrid en las derrotas, ni Pete Mickel va a cambiar su opinión sobre la frustración de Suárez. Tendrá que ser Suárez quien se arrepiente si le apetece o cree que debe hacerlo Desde luego yo no se lo voy a pedir, y la prensa deportiva de Barcelona tampoco lo ha pedido. Ud informe con el máximo de imparcialidad y deje tranquilo los arrepentimientos. Eso no es cosa del juego ni de lo que interesa al que lee su periódico. Recuerde lo que ud ha dicho en tantas ocasiones: la final de la Liga de basket se juega a ganar tres partidos. Los puntos no se suman. Bocona

solferin dijo el día 14 de Junio de 2012 a las 00:11:

Lo que antes era bien visto como políticamente correcto. Todo el mundo conocía la escandalosa parcialidad de los árbitros en el parquet del basket. Ahora es visto por los aficionados con verdadero entusiasmo, no se dan cuenta o no se quieren enterar, de la escandalosa parcialidad de los árbitros en el parquet del basket. Quizás tengan miedo a ser insultados con ferocidad si protestan. No se dan cuenta que es la misma escandalosa parcialidad que anteriormente se protestaba y que si estaba bien vista. Antes no se podía ganar, ahora tampoco.