LeBron James, probablemente el mejor jugador de baloncesto del planeta, ha encontrado por fin un rival que se le resista. Y no se trata de un jugador de baloncesto, ni de un equipo, sino de una chica. Concretamente, la nadadora estadounidense Lauren Perdue.
Ambos deportistas estadounidenses coincidieron en la Villa Olímpica y, tal y como asegura Eurosport, después de fotografiarse juntos el baloncestista quedó prendado de su belleza, invitándole a cenar esa misma noche.
Lo que no se esperaba la estrella de la NBA era la respuesta de la nadadora. "Lo siento, pero tengo que entrenar". Y ahí se terminó la historia. Al menos, según relató la propia Lauren Perdue en su Twitter.