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Murray se hace de oro

El británico, ídolo local, ha conquistado el oro olímpico tras vencer en la final al suizo Roger Federer por 6-2, 6-1 y 6-4.

El británico, ídolo local, ha conquistado el oro olímpico tras vencer en la final al suizo Roger Federer por 6-2, 6-1 y 6-4.
Andy Murray posa con la medalla de oro. | EFE

Ya es un realidad. El británico Andy Murray da un paso al frente y se coloca como un claro candidato a ser el número uno del mundo. Este domingo, el ídolo local, la gran esperanza británica ha pasado por encima del suizo Roger Federer (6-2, 6-1 y 6-4) y ha conseguido colgarse del cuello el tan ansiado oro, precisamente, en el mismo escenario en el que tres semanas antes había perdido la final de Wimbledon, tambien ante el suizo.

Una hora y 56 minutos ha necesitado Murray para hacerse con el título de campeón olímpico y enterrar ese icono de perdedor que le ha acompañado en los grandes eventos. El escocés puede presumir en este momento de tener un oro que no tienen los dos primeros tenistas del ránking: Roger Federer y Novak Djokovic. El británico hereda el trono que Rafael Nadal conquistó hace cuatro años en Pekín. El suizo tendrá que seguir esperando para poder batir uno de los pocos récords que le faltan: conquistar el Golden Grand Slam (ganar los cuatro grandes y el oro olìmpico).

Imparable Murray

El ídolo local entró en la pista central del All England Lawn Tennis and Croquet Club como un misíl. Federer sólo pudo aguantar su servicio dos veces. El vendaval de juego del británico, espoleado por el apoyo de la grada, llevó al escocés en volandas y se adjudicó la primera manga por un 6-2 cómodo y sin sobresaltos.

Lo que estaba claro es que al suizo le estaba pasando factura el partido interminable de las semifinales ante el argentino Juan Martín del Potro, que duró 4 horas y 26 minutos, el más largo de la historia de los Juegos, y que se saldó con un 3-6, 7-6 y 19-17. A todo esto, Murray llegaba a esta final con la moral por las nubes tras vencer en 'semis' al serbio Novak Djokovic.

Federer fue incapaz de sobreponerse al saque del escocés que hizo aún más evidente su superioridad en el segundo set. Lo comenzó tal y como lo acabó. Como una bala. Se llegó a poner con un 5-0 a favor y Federer sólo consiguió hacer un juego antes de que el británico cerrarse el set. Pero a pesar de la diferencia en el segundo set, el suizo dispuso de seis ocasiones para romper el saque de su rival cuando el marcador aún estaba con 0-2. Ahí pudo estar la clave del partido. A partir de ese momento, la tercera manga fue un puro trámite para el de Dunblane. Cuesta abajo y con un Federer totalmente desanimado, cerró la tercera manga por un 6-4.

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