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El piragüismo, deporte nacional español

De ocho deportistas que han acudido a Londres, tres han sido medalla y los otros cinco finalistas, con tres cuartos puestos.

Quizá sea uno de esos deportes que la gente ve, como mucho, una vez cada cuatro años. Pero el piragüismo se ha destapado en estos Juegos Olímpicos como uno de los deportes más importantes en nuestro país. Al menos, a nivel de resultados.

La delegación española llegaba a Londres con ocho participantes. Se le prestaba caso, desde luego, gracias a la presencia de David Cal, aunque el espectador medio a duras penas pudiera reconocer a los demás. Sonaba, de oídas, un tal Craviotto. Medalla de oro en Pekín. Casi nada.

Pero a lo largo de los días hemos han colocado su nombre en un lugar importante. El primero, por supuesto, David Cal, que con su medalla de plata –tras una heroica remontada– se convertía en el deportista español más laureado de todos los tiempos. Un oro y cuatro platas tiene el de Cangas de Morrazo.

Otro metal cayó el último día. Fue, de nuevo, gracias a Saúl Craviotto, que se llevó otra plata en el esprint de 200 metros. Cuatro nombres más también cumplieron con creces. Tanto Sete Benavides –que no Benavidez, como aparecía en los rótulos– como Teresa Portela se quedaban con la miel en los labios con una más que meritoria cuarta plaza. Francisco Cubelos, en su primera participación olímpica, alcanzaba la final, en la que terminaba finlamente séptimo.

En aguas bravas, que también es piragüismo, no fueron menos los resultados. Maialen Chorraut se encargó de conquistar una merecidísima medalla de bronce en la categoría de K1 femenino. Otros dos españoles, Ander Elosegi y Samuel Hernanz, fueron respectivamente cuarto y quinto.

En total, de ocho piragüistas que acudieron a Londres, ocho finalistas, tres medallas y tres cuartos puestos. Una barbaridad. Y lo mejor de todo es que varios de ellos, como Cubelos, Elosegi o, sobre todo, Benavides, son muy jóvenes y tienen un más que prometedor futuro por delante.

Seguramente, a todos ellos, incluido al mejor deportista olímpico español de todos los tiempos, no volveremos a verles hasta dentro de cuatro años. Pero entonces, una vez más, sabremos que van a hacer felices a los aficionados españoles. Porque el piragüismo ya es un deporte nacional.

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