La base de unos Juegos Olímpicos es el atletismo. Por segunda edición consecutiva, España se marcha sin medallas en el tartán en una cita olímpica y, lo que es aún más grave, excepto Ruth Beitia, no hemos estado cerca de subir al cajón en ninguna modalidad. Mientras, los atletas disparan contra el presidente de la Federación, José María Odriozola, que lleva 23 años en el cargo.
Antes incluso de finalizar los Juegos, los marchadores españoles levantaban la voz contra su presidente. "Nos dirige un anciano", decía Jesús Ángel García Bragado tras finalizar la prueba de 50 kilómetros marcha en sus sextos Juegos Olímpicos. "Si después de hacer una carrera tan mala, no hay ningún español por delante es que algo no funciona, que hay que pegar un cambio ya", continuó Bragado, que finalizó en vigésima posición.
Otra ilustre del atletismo español, María Vasco, bronce en Sydney 2000, se mostró "superdescontenta" con la Federación al acabar su prueba y ponía en duda su presencia en los Juegos de Río de Janeiro.
El propio Odriozola ha sido el primero en criticar en otras ocasiones a los atletas por su falta de resultados. Así, tras los Europeos de Barcelona de 2010, Odriozola explicó el bajo número de metales en un "aburguesamiento" de los atletas porque "en España se vive muy bien".
El divorcio entre los atletas y la Federación de Atletismo es evidente, igual que la falta de resultados. La eclosión del atletismo nacional tuvo lugar en Barcelona 92 –se consiguieron cuatro medallas, entre ellas, dos oros-, pero, a partir de entonces, los resultados han ido menguando hasta Londres, donde nuestros atletas apenas han rozado el podio. De los 46 atletas que han viajado a Inglaterra, solo cuatro han sido finalistas.
Para ver a un español en un podio en un estadio olímpico nos tenemos que remontar a Atenas 2004, donde Paquillo Fernández, plata en los 20 kilómetros marcha, y Joan Lino, bronce en salto de longitud, consiguieron medalla. En Pekín la expedición se volvió de vacío, al igual que en Londres, algo que no sucedía desde Seúl 1988.
El listón para el atletismo español estaba bajo tras los Juegos de 2008, sin embargo, en Londres los resultados han sido aún peores. Sólo Ruth Beitia, cuarta en salta de altura, Miguel Ángel López, quinto en 20 kilómetros marcha, Frank Casañas, séptimo en disco, y Beatriz Pascual, octava en marcha, han conseguido un diploma en estos Juegos.
Tras 23 años en el cargo del bioquímico José María Odriozola ya hay quien le busca sustituto. García Bragado apuntaba directamente a Marta Domínguez, la última atleta en conseguir un oro para España en los Mundiales de Berlín 2009. Pese a la Operación Galgo, la atleta palentina tiene mucho peso entre sus compañeros de profesión. Sin duda, un cambio en la dirección se antoja necesario para intentar que el atletismo mejore de cara a los Juegos de Río dentro de cuatro años.