"A Valdés le pedimos eso". Así justificaba Tito Vilanova el error de su portero en rueda de prensa. El juego del Barcelona se basa en una salida de balón desde atrás, siempre con el esférico al pie y sin dar un solo patadón. Por ello, el clave un portero que sepa jugar con los pies, que sea el primer creador de juego y, precisamente, es lo que hace Víctor Valdés en el Barcelona.
Si algo ha mejorado el meta del Barcelona a lo largo de los años es el juego con los pies. Esa faceta, entre otras cosas, le han convertido en uno de los mejores porteros del mundo. Sin embargo, en dos de los últimos clásicos ha cometido errores de otra época, de esos que se recuerdan por el paso de los años.
El afán por no dar un solo pelotazo propició ayer el fallo de Víctor Valdés, que aprovecha Ángel Di María en la ida de la Supercopa de España.
Un error similar sucedió en el primer clásico de la Liga de la temporada pasada. Nada más comenzar el choque, a los 22 segundos, el meta culé regaló el balón a Di María, que recogió el esférico y, tras varios rechaces, Benzema adelantó al Real Madrid. El Barcelona se rehizo perfectamente y acabó ganando el encuentro.
Estos dos fallos suponen dos lunares en la brillante trayectoria de Víctor Valdés. Cuando inició su carrera en el Barcelona, el meta tuvo varios fallos que casi le cuestan la titularidad. Errores muy similares a los dos cometidos contra el Real Madrid en menos de un año.
Así, uno de los errores más sonados lo cometió ante el Valencia debido a la insistencia de su ahora compañero David Villa. El Guaje fue a presionar a Valdés, cuyo despeje golpeó en el asturiano y el balón se fue directamente a la portería culé.
Otro fallo similar lo cometió en un derbi ante el Espanyol. Entonces, Valdés dejó corto un despeje con tan mala fortuna que le fue a caer a Iván de la Peña. El cántabro no desaprovechó la ocasión y con la calidad que le caracteriza metió gol con una perfecta vaselina. Eran fallos de otro Valdés. Un Valdés que ha vuelto a resucitar con su desliz en la Supercopa.