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CAMPEÓN DE 250C.C.

Aoyama, el triunfo del esfuerzo por encima de los recursos

El japonés Hiroshi Aoyama es un vivo ejemplo de que el esfuerzo personal y el de su equipo, una escudería completamente privada, también son capaces de vencer con ánimo y mucha ilusión a los inagotables recursos de las grandes escuadras oficiales.

El japonés Hiroshi Aoyama es un vivo ejemplo de que el esfuerzo personal y el de su equipo, una escudería completamente privada, también son capaces de vencer con
ánimo y mucha ilusión a los inagotables recursos de las grandes escuadras oficiales.

La retirada oficial de Honda de la categoría de los 250 c.c. no permitía albergar demasiadas posibilidades a los usuarios de esta marca de motos en el campeonato del mundo de 2009, pero aún así el japonés Hiroshi Aoyama afrontó con mucha ilusión una aventura mundialista que ya comenzaba exigua de presupuesto y le hacía disponer de una sola moto en sus boxes.

Ese no fue ningún impedimento para que a las primeras de cambio un piloto correoso y muy agresivo con su pilotaje, se hiciese con la cuarta plaza en Qatar y después dejase boquiabierta a casi toda la
parroquia subiéndose al podio en Japón, su casa, lo que en cierta medida era una excusa válida y hasta lógica por su condición de local y por tanto favorito. Pero no dejaron de llegar las sorpresas. Aoyama se acabó subiendo a lo más alto del podio en la tercera cita de la temporada, precisamente en Jerez de la Frontera, en donde ya presentó oficialmente su candidatura al título mundial.

Desde ahí hasta ahora ha habido de todo, pero el hecho cierto es que el piloto nipón, de 28 años, ha luchado hasta el final por conseguir su objetivo y, con errores incluidos, ha sido el único
piloto del cuarto de litro, junto al español Héctor Barberá, que ha puntuado en todas las carreras de la temporada. Justa recompensa a sus merecimientos, como a los de Héctor Barberá, quien logró la segunda posición final tras el japonés

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