El CSKA de Moscú ha vuelto a pasar por encima del Caja Laboral (90-68), se ha llevado la segunda victoria en la serie de cuartos de final de la Euroliga y está a un triunfo de sellar el pasaporte a la Final Four de Londres.
La abismal diferencia de potencial y calidad entre el equipo ruso y el español ha quedado de nuevo patente en un partido en el que el Baskonia sólo pudo estar a la altura en los primeros diez minutos. Anotó 26 puntos en el primer cuarto, pero después fue un juguete en manos de CSKA, que le endosó un 70-42 en los treinta restantes y, con una interminable plantilla con todo tipo de recursos, disfrutó para llegar a tener hasta 28 puntos de renta en el cuarto final ante un oponente descompuesto.
La serie llegará la próxima semana a Vitoria con un Caja Laboral contra las cuerdas. El equipo vitoriano mejoró su puesta en escena en el segundo duelo de la serie con respecto al choque del pasado miércoles (89-78) y en el arranque recuperó la intensidad defensiva y el acierto desde el perímetro para sorprender a un CSKA contemplativo. Llegó a tener nueve puntos de ventaja (12-21, m.6), aunque sufrió el peaje de la tercera falta de Lampe, autor de nueve puntos, y pudo mantener la diferencia al acabar el primer cuarto (20-26).
El equipo moscovita reaccionó, defendió con más intensidad y cortó el ritmo anotador del Caja Laboral, que sólo pudo conseguir siete puntos en nueve minutos (42-33, m.19). Cuatro puntos postreros de San Emeterio evitaron el desplome del equipo español, que llegó al descanso a siete puntos del CSKA (44-37) después de un parcial de 24-11 en el segundo cuarto.
El conjunto ruso impuso en la reanudación su ritmo de juego y el Caja Laboral, sólo apoyado en los puntos de Lampe, se topó de bruces con la realidad y la sideral diferencia de nivel entre ambas plantillas para ver cómo el partido se rompió (63-43, m.27) tras un demoledor parcial de 14-0. Con 19 puntos de ventaja para los locales (69-50), se cumplió el trámite de disputar los diez minutos finales a la espera de corroborar los guarismos de la diferencia final a favor de los de Ettore Messina. El Caja Laboral fue de nuevo desbordado en todos los frentes y no tuvo recursos para frenar el huracán moscovita.
La abismal diferencia de potencial y calidad entre el equipo ruso y el español ha quedado de nuevo patente en un partido en el que el Baskonia sólo pudo estar a la altura en los primeros diez minutos. Anotó 26 puntos en el primer cuarto, pero después fue un juguete en manos de CSKA, que le endosó un 70-42 en los treinta restantes y, con una interminable plantilla con todo tipo de recursos, disfrutó para llegar a tener hasta 28 puntos de renta en el cuarto final ante un oponente descompuesto.
La serie llegará la próxima semana a Vitoria con un Caja Laboral contra las cuerdas. El equipo vitoriano mejoró su puesta en escena en el segundo duelo de la serie con respecto al choque del pasado miércoles (89-78) y en el arranque recuperó la intensidad defensiva y el acierto desde el perímetro para sorprender a un CSKA contemplativo. Llegó a tener nueve puntos de ventaja (12-21, m.6), aunque sufrió el peaje de la tercera falta de Lampe, autor de nueve puntos, y pudo mantener la diferencia al acabar el primer cuarto (20-26).
El equipo moscovita reaccionó, defendió con más intensidad y cortó el ritmo anotador del Caja Laboral, que sólo pudo conseguir siete puntos en nueve minutos (42-33, m.19). Cuatro puntos postreros de San Emeterio evitaron el desplome del equipo español, que llegó al descanso a siete puntos del CSKA (44-37) después de un parcial de 24-11 en el segundo cuarto.
El conjunto ruso impuso en la reanudación su ritmo de juego y el Caja Laboral, sólo apoyado en los puntos de Lampe, se topó de bruces con la realidad y la sideral diferencia de nivel entre ambas plantillas para ver cómo el partido se rompió (63-43, m.27) tras un demoledor parcial de 14-0. Con 19 puntos de ventaja para los locales (69-50), se cumplió el trámite de disputar los diez minutos finales a la espera de corroborar los guarismos de la diferencia final a favor de los de Ettore Messina. El Caja Laboral fue de nuevo desbordado en todos los frentes y no tuvo recursos para frenar el huracán moscovita.