Sergio Rodríguez y Ricky Rubio rompen a Georgia

Si algo tienen los campeonatos largos es que las sensaciones y el estado de ánimo de los equipos pueden variar con el paso de los días. La selección española parece estar pasando por ello y, tras la depresión de las dudas generadas por la derrota ante Eslovenia, la moral del equipo de Juan Antonio Orenga se ha venido arriba cerrando la fase de grupos con un contundente triunfo frente a Georgia (59-83), antes de afrontar la segunda fase del Eurobasket.

Aunque España ya estaba clasificada y el partido ante los georgianos era un trámite, los campeones de Europa hicieron gala de que son capaces de mantener una tensión y un ritmo capaces de incomodar a sus rivales. Georgia sólo aguantó un cuarto (17-17) pero el partido se podía haber resuelto en medio de la relajación y sin ninguna tensión. Lejos de eso el equipo de Orenga dejó patente algunas señales que invitan al optimismo de cara a la siguiente fase.

Rompieron el partido a base de triples, bajo la excelente dirección de Sergio Rodríguez (15 puntos) y Ricky Rubio (17 puntos). Las buenas noticias llegan por partida doble para España. El canario, que comenzó el campeonato con la duda de saber cuál sería su rol en el campeonato, ha asumido el mando del equipo y su extraordinaria capacidad para romper los choques y marcar la diferencia está más viva que nunca en este campeonato.

Por su parte, Ricky Rubio ha perdido las ataduras psicológicas que le impedían lanzar más a canasta y se ha destapado como un anotador fiable para el equipo. El catalán logró ante Georgia su mejor anotación con la Selección y confirma que va a a más en este Eurobasket.

Llull (11 puntos) y Rudy Fernández (11 puntos) se sumaron a la fiesta anotadora de los dos bases y el partido se rompió con la misma facilidad que ante Polonia. Como sucedió ante los polacos, Orenga dosificó los minutos de los hombres más utilizados cuando vio el partido resuelto y Marc Gasol siguió descansando a la espera de las batallas que están por llegar. Después del primer tropezón ante los anfitriones, España parece haber retomado el camino correcto: intensidad, contragolpe, buena defensa y acierto en el lanzamiento exterior.