Una canasta que vale una Copa. El Real Madrid se ha impuesto por 77-76 al Barcelona en una final vibrante y muy igualada, que decidió Sergio Llull con un tiro de dos cuando se extinguía el último segundo de juego. Esta victoria rompe la igualdad entre los dos equipos más laureados en este torneo. Los blancos han sumado su vigésimo cuarta Copa de baloncesto.
Mirotic fue el mejor jugador de la final con 17 puntos, 11 rebotes, 3 tapones y 32 de valoración, mientras que el más destacado del Barça fue el brasileño Huertas, que sumó 15 puntos, 8 asistencias y 17 de nota general. Rudy Fernández, con 19 puntos, fue el máximo anotador.
La etiqueta de favorito la portaba el Real Madrid gracias a su inmejorable primera vuelta en la Liga Endesa y a la contundencia con la que llegó a esta final. Sin embargo, hoy sufrió ante un Barcelona que impuso un ritmo lento, manejando la situación, haciendo gala de potencial ofensivo dirigido por un Navarro y ejecutado por Marcelinho Huertas. De hecho al descanso, se llegó con un 42-38 favorable a los azulgranas.
El Real Madrid no comenzó el encuentro con la solvencia en ataque demostrada esta temporada. El primer cuarto pareció escrito por Xavi Pascual. Se decidió con una canasta de Oleson que ponía el 17-16 tras varios problemas con el reloj de posesión del Martín Carpena.
El Madrid dio muestra de cierta mejora en el segundo periodo, con Sergio Rodríguez repartiendo el juego en la cancha. Ambos rivales se miraban con recelo y el marcador no se decantaba por ninguno. Los azulgranas consiguieron la mayor diferencia en el minuto 15 (27-24).
No fue hasta el tercer cuarto cuando el Madrid comenzó a entrar en calor, encadenando triples y yéndose arriba en el marcador por primera vez en el choque. Sin embargo, nunca tuvo una ventaja irremontable.
El final fue un auténtico espectáculo. Todo podía pasar con un marcador que no podía estar más apretado. Mirotic decantó la balanza hacia los blancos con un triple desde la esquina que ponía el 64-71. Les iba bien a los de Laso hasta que el Barcelona se lanzó a la desesperada. Sergio Rodríguez perdió el balón y Oleson, les adelantó con un 2+1 a falta de 8 segundos.
Cuando parecía que la Copa se iba para Barcelona, Llull la metió de dos en el último segundo, dejando a los de Xavi Pascual una décima para solucionarlo (76-77). Y no sucedió el milagro. El Real Madrid lloraba de alegría, habían ganado la Copa del Rey.