Superado en intensidad, desacertado desde el tiro libre e inferior en el rebote. Quizá esas han sido las tres principales críticas al Real Madrid en sus derrotas en Atenas ante Olympiacos. Tres aspectos que los de Pablo Laso mejoraron radicalmente en el quinto y definitivo partido de su eliminatoria, donde anotaron un 90% de sus tiros libres y superaron claramente a su rival en rechaces (39-27).
Y es que el rebote se relaciona directamente con la intensidad en el juego, como el tiro libre se asocia a la concentración. Dos claves mentales que han permitido al equipo blanco estar realizando una temporada de ensueño y que le han dado el pase a su segunda Final Four consecutiva.
No dudó Olympiacos en poner desde el salto inicial la misma agresividad al juego que había practicado en Atenas, y que quizá no vimos en los dos primeros duelos en Madrid. Pese a ello, y al acierto inicial del tirador Lojeski, el Madrid no rehuyó el envite en ningún momento, y aunque su ataque seguía sin ser tan fluido como en los mejores días, los de Laso si apretaban los dientes en defensa y cerraban mejor el rebote que en sus dos últimas derrotas.
Pero los problemas físicos de un inspirado Darden en el arranque y las dos tempraneras faltas de un Rudy Fernández que había empezado asumiendo galones en ataque obligaron al técnico vitoriano a introducir muy pronto en cancha a Dani Díez, dando muestras de las dificultades de la rotación exterior blanca, sin Draper y con Carroll aún sin ritmo tras sus dos meses inactivo. Pero fue precisamente un exterior, Sergio Llull, quien con su gran arranque de partido dio la primera ventaja considerable a los españoles al final del primer cuarto (18-12).
Con el fantástico trabajo del joven Díez sobre Spanoulis pareció hacérsele de noche a los helenos en ataque, y el tercer triple de Llull elevó la renta por encima de los diez puntos por primera vez (23-12). Pese a que Olympiacos, con su barbuda gran estrella como absoluto líder de operaciones, volvió a reengancharse rápidamente (27-23), la irrupción del mejor Sergio Rodríguez, ese al que habíamos visto apenas con cuentagotas en la eliminatoria, revolucionó el partido y a la grada del Palacio de los Deportes. Los triples y asistencias del tinerfeño devolvieron rápidamente la iniciativa a los locales, y un tapón de Darden con bandeja a la contra de un Llull enfervorizado dio una nueva máxima ventaja al Real Madrid (38-25).
Sin embargo, ya se sabe que este Olympiacos tiene más vidas que un gato. Y como cabía esperar, los triples de Papapetrou y Spanoulis, y un listón arbitral demasiado permisivo con su defensa que desquició un tanto a los blancos, técnica a Laso incluida, volvieron a reducir la diferencia en el camino a los vestuarios (40-34).
Con Rudy Fernández de vuelta al parqué, su conexión con Ioannis Bourousis dio grandes réditos a su equipo en la reanudación. El pívot heleno imponía su sapiencia bajo los aros al mayor potencial físico de los interiores de Olympiacos, bien acompañado de un Mirotic criticado tras los partidos en Grecia y que volvió a dar muestras de su nivel real, especialmente en ataque. De esa forma, la renta blanca se mantuvo estable durante el tercer periodo, por más que Spanoulis y un Petway inspirado en el tiro exterior se empeñasen en lo contrario.
Sin embargo, el arranque del último cuarto no pudo ser mejor para el Real Madrid. Con un Rudy Fernández extraordinario, demostrando por qué es, posiblemente, el alero más completo del baloncesto europeo, los de Laso volvieron a dominar el ritmo del juego partiendo desde una defensa intensísima liderada por el mallorquín. En la otra canasta, un triple descomunal del alero formado en el Joventut de Badalona volvió poner patas arriba a la afición blanca y doce arriba a los suyos (66-54).
Como si de una paradoja del destino se tratara, Olympiacos sufría en exceso para asegurar su rebote, un arma que le había permitido igualar la serie en Atenas. Felipe Reyes dominaba ambas canastas a su antojo, y los puntos del cordobés hacían que el esfuerzo de un Spanoulis demasiado sólo se viera impotente para mantener a los griegos con opciones (74-61). Bryant Dunston, verdugo blanco en la zona en los partidos en El Pireo, se veía completamente superado por los interiores blancos, y un tapón de Bourousis sobre él pareció poner el certificado de defunción a los atenienses. Hasta el final, el dominio del citado Bourousis y Reyes en los tableros evitó cualquier conato de remontada, y el Madrid aseguró que el Palacio de los Deportes siga siendo un fortín donde aún nadie ha ganado esta temporada.
Milán y el Barça esperan ya a los blancos en la Final Four, donde habrá duelo español en una semifinal, mientras la otra será todo un clásico del baloncesto europeo, entre Maccabi de Tel Aviv y CSKA de Moscú, tras derrotar los rusos al Panathinaikos en el quinto partido de su serie. El próximo 18 de mayo, por tanto, un equipo español buscará alzarse con el cetro continental en la final de la Euroliga.
Ficha técnica
Real Madrid, 83 (18+22+19+24): Llull (20), Rudy Fernández (15), Darden (6), Mirotic (10), y Bourousis (8) –cinco inicial–, Reyes (15), Carroll (0), Díez (0), Rodríguez (8), Slaughter (1) y Mejri (0)
Olympiacos, 69 (12+22+18+17): Mantzaris (2), Spanoulis (19), Lojevsiki (15), Petway (9) y Dunston (4) –cinco inicial–, Printezis (4), Collins (3), Sloukas (3), Papapetrou (3) y Simmons (7)
Árbitros: Lamonica (Italia), Rocha (Portugal) y Vojinovic (Serbia). Sin eliminados
Incidencias: Quinto partido de los cuartos de final de la Euroliga disputado en el Palacios de Deportes de la Comunidad de Madrid. Se guardó un emotivo minuto de silencio en recuerdo de Tito Vilanova, exentrenador del FC Barcelona de fútbol fallecido en la tarde del viernes