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Grecia, una piedra durísima para España en los cuartos de final del Eurobasket

El equipo de Fotis Katsikaris cuenta con una larguísima rotación que le permite adaptarse a cualquier ritmo y circunstancia del juego.

El equipo de Fotis Katsikaris cuenta con una larguísima rotación que le permite adaptarse a cualquier ritmo y circunstancia del juego.
Grecia, liderara por Spanoulis (7) y Antetokounmpo (34), será un rival durísimo para España | Cordon Press

El reto que afrontará España es los cuartos de final del Eurobasket no es, en absoluto, baladí. Lejos quedan ya esos tiempos en los que el equipo nacional español partía como claro favorito en todo partido que se celebrara a nivel europeo, y prácticamente a nivel internacional salvo que estuviera enfrente Estados Unidos. De hecho, la opinión casi unánime de la prensa especializada es que, en este caso, el favorito para acceder a la lucha por las medallas, es el equipo heleno. España, muy tocada físicamente, deberá rozar la perfección para pasar de ronda, algo que ha admitido el propio seleccionador español.

El combinado dirigido por Fotis Katsikaris es un grupo completísimo, con una rotación mucho más larga que la española, en la que los tres últimos jugadores en minutos acumulados en el torneo hasta el momento son primeros espadas a nivel Euroliga. Es el caso de Evangelos Mantzaris, del nuevo fichaje del Barcelona Stratos Perperoglou, y del precisamente ex azulgrana Kostas Papanikolaou. Tres nombres contrastados que apenas tienen sitio en los esquemas del flamante entrenador del UCAM Murcia. Esto es así porque, después de no acudir en plenitud a la Copa del Mundo de hace un año, Grecia se ha presentado este verano en el torneo europeo con su mejor selección posible, toda vez que Dimitris Diamantidis renunció a seguir en el equipo nacional hace ya varias temporadas.

Katsikaris dispone de un completísimo ejército capaz de adaptarse a cualquier baloncesto. Si el partido se juega a cancha abierta, lo que a priori podría beneficiar a España ante no pocos rivales, los griegos disponen de un arma letal: Giannis Antetokounmpo, un físico privilegiado absolutamente imparable en carrera para prácticamente ningún rival en este torneo. Sus 211 centímetros, sus eternos brazos, y su potencia no exenta de calidad, le hacen ser un enemigo terrible si el partido se torna en veloz. De momento es un jugador que sufre más en el estático, aunque sus progresos en el lanzamiento de larga distancia son más que evidentes, pese a que su 6 de 17 en el Eurobasket desde el triple (35`3%) no sea muy halagüeño.

¿Le interesa, por ende, a España jugar a un ritmo pausado? No es una respuesta sencilla la de esta pregunta, pues probablemente no existe jugador en Europa más determinante cuando se trata de jugar despacio que Vassilis Spanoulis, el auténtico capo del vestuario griego. Curtido en mil batallas, y habitual vencedor en ellas cuando los duelos se enfangan, es de sobra conocido que el de Larisa es el tipo más letal del Viejo Continente en los minutos decisivos de un partido. Capaz de ganar hace escasos meses una semifinal de la Final Four por sí solo ante el CSKA cuando no había anotado ni una canasta en juego hasta el minuto 37.

Pero no podemos parar de contar ahí. Junto a la exuberancia de Antetokounmpo y la sabiduría de Spanoulis, Grecia es mucho más: una pléyade de soldados al servicio de la causa, por regla general con sobrada experiencia en cientos de refriegas a nivel de Euroliga o NBA. Un equipo que este año tiene casi permanentemente un pívot dominante y grande en la cancha: bien Koufos o bien un Bourousis que con Spanoulis encuentra aire puro para su juego, pues sigue siendo uno de los mejores interiores europeos. No falta a su cita tampoco Giorgios Printezis, habitual socio del gran capitán griego como asesino secundario en la guarida de El Pireo. Que le pregunten si no CSKA o Barcelona, por citar algunas de sus víctimas. Y si les parece poco, sumen la contrastada experiencia de un trío de exteriores letal, capaces de anotar en el momento puntual, de robar ese balón decisivo que da la vuelta a un partido, o de dirigir con eficacia. A Nick Calathes, Nikos Zisis, y Kostas Sloukas, éste más joven pero también sabio sobre la cancha, no hace falta que nadie les enseñe su papel. Lo tienen más que asumido.

Grecia es, pues, un plantillón descomunal, acaso el único junto a Francia con doce piezas disponibles en cualquier momento, en el que el mérito de Fotis Katsikaris es saber manejar los egos de un vestuario que hasta el momento ha demostrado estar unido por una causa común. Todos suman, pues su máximo anotador es Koufos con 11 puntos por partido y el octavo, ojo, es Sloukas, con algo más de 5. No llega a 6 puntos la diferencia. Comparen si quieren con España, donde lidera Gasol con 23 y el octavo, San Emeterio, apenas supera los 4 tantos por juego. En el equipo azul todas sus piezas suman y aportan cada minuto que están en cancha. Probablemente Sergio Scariolo desearía decir lo mismo de los suyos.

Será, por tanto, un partido durísimo. España competirá, seguro, especialmente si Gasol y Rudy Fernández (será fundamental en la defensa de la batería exterior del rival) están decentes desde el punto de vista de físico. Llegados a este punto, no cabe duda de que sólo la mejor versión española podría superar a una Grecia granítica y con miles de recursos. Si España no tiene el día, sólo los helenos podrán perder el partido.

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