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España, con un Gasol estelar, gana a Francia en la prórroga y jugará la final del Eurobasket (80-75)

Pau Gasol, impresionante con 40 puntos, 11 rebotes y 3 tapones. El equipo de Scariolo logra el billete directo para los Juegos de Río 2016.

Pau Gasol, impresionante con 40 puntos, 11 rebotes y 3 tapones. El equipo de Scariolo logra el billete directo para los Juegos de Río 2016.

Hay partidos que quedan para siempre en el imaginario colectivo del aficionado, y desde luego lo que se vivió en las semifinales del Eurobasket, en el colosal Estadio Pierre Mauroy de Lille, pasa desde ya a formar parte del libro de oro del baloncesto español. La gesta se planteaba complejísima, acaso quimérica.

Vencer a una Francia que ha sido verdugo de España en las dos últimas temporadas, en su propio feudo, y con el mejor combinado galo de todos los tiempos sin discusión, llegando además los hispanos francamente mermados en lo físico. Derrocar la resistencia local, un equipo inteligente en lo táctico y exuberante en lo físico, era una gesta con mayúsculas para un grupo mermado pero con un corazón tan grande como su referente.

Pero España pudo con todo eso y más, en 45 minutos que ya quedarán para siempre de todos los que los vivieron, y que recordarán generación tras generación a sus hijos y nietos, con "aquella victoria de España ante Francia", y el descollante partido de un Pau Gasol que se echó el equipo a las espaldas desde el inicio del torneo y que, pese a la ingente muralla que suponía Rudy Gobert, se fue hasta 40 legendarios puntos, levantando a su equipo una y otra vez cada vez que amenazaba con hincar la rodilla. Un auténtico líder, admirado en la cancha y referente en la vida por sus ideales. El mejor español que jamás jugó a baloncesto. Pau Gasol Sáez. El azote de Francia y un Tony Parker que nunca le ha ganado un partido cuando ambos jugaron con sus selecciones.

Casi siempre España fue por detrás, desde un inicial 6-13 con el que los de Vincent Collet amenazaban con pasar por delante de su rival en la semifinal. De Colo lideraba a los anfitriones hasta que Gasol hizo acto de presencia. El primer tapón del catalán al larguísimo Gobert tocó arrebato para España, pues el Capitán General llamaba a filas a los suyos. Irrumpieron entonces en el partido dos piezas claves: la magia de Sergio Rodríguez y la testiculina de Felipe Reyes. El canario, para dar luz al ataque español, dañando la defensa del longevo Tony Parker. El cordobés, para aumentar la dosis de fortaleza y roce que exigía el duelo, y a la que Niko Mirotic no podía llegar. En un santiamén, triple postrero del Chacho de por medio, España echaba ya el aliento a su enemigo íntimo (17-20).

Los de Scariolo sufrían en el rebote (15-23 al descanso), con un considerable agujero en su propio tablero, donde la plasticidad de los Gobert, Batum o Pietrus obtenía demasiadas segundas opciones para Francia, generando un nuevo estirón (25-31), con un tapón del pívot de los Utah Jazz a Mirotic enardeciendo el Pierre Mauroy. Como se le esperaba, apareció Gasol. Una canasta, un rebote, un grito, y el equipo a remar. 7-0 en instante, y de nuevo la sartén por el mango hispano (32-31). Los bleus terminarían llevando la iniciativa al intermedio, pero España establecía una intensidad defensiva que pocas veces se le había visto. A falta del talento de otros años, el corazón y la necesidad aseguraban que el visitante se aferrara al partido hasta última hora. Era el plan perfecto, para que Francia notara la presión del local. Pero faltaba un mundo.

Tras el descanso, Collet reclamó a sus estrellas. Parker y Batum asumieron el ataque, e incluso secundarios como De Colo y Lauvergne asumían la responsabilidad ante una España que sudaba sangre para cada uno de sus puntos, disparando la ventaja francesa hasta los once puntos (40-51). De nuevo el toque de corneta, de nuevo Pau. Un balón al poste, otro, una falta forzada, otra más. Gasolsistema y sucesión de tiros libres ante la espesura y la falta de acierto. Un goteo de puntos necesario en el peor momento, para arreglar algo el percal (48-56) a falta de diez minutos.

Sin margen para el error, España necesitaba volver a presionar a Francia, para que el favoritismo y la congoja hicieran el resto. Sergio Rodríguez tiró del carro, anotando y asistiendo a un Mirotic descentrado con el arbitraje. De Colo, enfrente, mantenía la ventaja, hasta el nuevo apretón de un Gasol enfurecido. 10-0, España por delante (62-61), y el miedo definitivamente instalado en Lille. Como en Madrid hace un año, el favorito, ante su público, empequeñecido. El visitante, henchido, oliendo la sangre.

Lo tuvo España en la mano, tras canastas consecutivas de Gasol, ya por encima de la treintena en puntos, y Rodríguez, que dejaban un 66-63 a 16 segundos que Batum se encargaría de nivelar con un triple de altísimo nivel, sin tiempo para la falta en defensa. En la última, de nuevo Pau, fatigadísimo ya, atacó a Gobert, pero ahí ganó la partida el arácnido francés, que taponó el lanzamiento para dar cinco minutos de oxígeno a Francia cuando se veía eliminada.

Con la emoción a flor de piel, España terminaría de asestar al varapalo en el tiempo extra. Francia ya no fluía, y sudaba los mismos horrores que el rival para encestar. Con todo, los galos tuvieron el billete para Río cerca de estar sellado, con Diaw en el tiro libre y 74-72 a minuto y medio del final. Pero el de los Spurs sólo encestó uno, acompañando los dos errores de Parker instantes antes, que habrían acuchillado el corazón español.

A partir de ahí, sólo anotó Gasol, para terminar de firmar un partido memorable. Ocho tantos de todos los colores. Dos tiros libres calmados en la histeria para recortar (74-75), un contraataque pleno de coordinación desde su enorme humanidad (76-75), un rebote para machacar el alma enemiga (78-75), y otra colgada más para poner la rúbrica a su entrada en el Olimpo. Por el camino, tres tiros libres fallados por Batum, superado por la grandeza del reto cuando podía empatar tras una inane falta de Claver.

El resultado, para siempre. Como la piel de gallina que se le quedó a los que vivieron la mayor exhibición de Pau Gasol Sáez con la selección española, por difícil que parezca afirmar tal cosa. Gasol, siempre Gasol. El hombre que, como en los Juegos de Londres, portó la bandera española contra todos, liderando a un grupo herido y limitado pero sobrado de alma y corazón para llevar al partido al único escenario donde se podía ganar. Soldados rendidos a su Capitán General y sus 40 puntos.


Ficha técnica

España, 80 (17+15+16+18+14): Llull (7), Ribas (0), Rudy Fernández (7), Mirotic (7) y Gasol (40) –cinco inicial–, Reyes (2), Sergio Rodríguez (15) y Claver (2)
Francia, 75 (20+13+23+10+9): Parker (10), De Colo (14), Batum (14), Diaw (5) y Gobert (8) cinco inicial–, Gelabale (10), Fournier (3), Lauvergne (11) y Pietrus (0)

Árbitros: Christodolou (Grecia), Ryzhyk (Ucrania) y Rocha (Portugal). Eliminaron por faltas personales al local Rudy Gobert
Incidencias: Primera semifinal del Eurobasket 2015 disputada en el Estadio Pierre Mauroy de Lille (Francia)

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