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La final de la NCAA brinda el final más apasionante de su historia

Villanova se corona campeón universitario con una épica canasta sobre la bocina tras un final de infarto ante la potente North Carolina.

Villanova se ha proclamado campeón de la NCAA tras imponerse en una final que quedará para la historia a North Carolina. En un desenlace de partido de película, los Tar Heels empataban el partido con este estratosférico triple.

Marcus Paige, el escolta de North Carolina, se echaba su equipo a la espalda en la segunda parte -17 puntos-. Los Tar Heels perdían por 6 a falta de 1:30. Paige anotó dos triples consecutivos y culminaba una remontada que parecía que llevaría la electrizante final a la prórroga.

Con cuatro segundos para el final, el técnico de los Wildcats, Jay Wright, pedía tiempo muerto. El base y alma del equipo, Ryan Arcidiacono, cruzó la pista como una centella y asistió a un Khris Jenkins que, sobre la bocina, anotaba un triple histórico.

Tras la canasta ganadora se desataba la locura en los seguidores de los Wildcats. La universidad que vio crecer a Kyle Lowry, base estrella de los Raptors, se alzaba con su segundo título universitario tras imponerse en semifinales a los grandes favoritos, Kansas, y en la final a la universidad de un tal Michael Jordan, que vivió desde la grada el increíble desenlace. El March Madness, una vez más, no defraudó y con un final de final propio de un guión tarantiniano, deleitó los paladares más exquisitos de los amantes al baloncesto.

¿Qué es el March Madness?

El baloncesto universitario en Estados Unidos es como una religión. Seguido por millones de personas, en marzo -solo la final se celebra en abril- disputa su fase final y a la sucesión de partidos de la misma se le denomina "March Madness" -La locura de marzo- aunque también se conoce como "The Big Dance" (el gran baile del baloncesto).

El March Madness cuenta con un total de 68 participantes. Hay una primera ronda de los equipos burbuja, pequeñas universidades que son invitadas por su meritoria temporada.

A partir de ahí un cuadro clásico tradicional con eliminatorias directas a partido único repartidas en dos semanas. Una auténtica locura de baloncesto puro en el que, a un partido, todo puede pasar. Se beneficia el espectáculo y las sorpresas están a la orden del día. Es una competición efervescente y excitante, que consigue paralizar a gran parte de Estados Unidos. Así las cosas, la semana de las primeras rondas presenta la mayor tasa de absentismo laboral, algo que solo la Superbowl -la gran final del fútbol americano- consigue equiparar.

La NCAA, ¿por encima de la NBA?

Muchos de los que defienden que la NCAA es más interesante que la NBA, utilizan como argumentos el baloncesto puro -la esencia del basket-y el sentimiento a unos colores -cada equipo representa a una universidad-, y no precisamente los del dinero. Los jugadores de la NCAA son completamente amateurs. No pueden cobrar ni recibir regalos de ningún tipo por sus servicios. En cambio generan tantos o más ingresos que otras competiciones como la NBA. Por el contrario los que sí cobran y de qué manera son los entrenadores. Ser entrenador de una universidad top tiene el mismo o más prestigio que serlo en la NBA y puede estar mejor pagado.

Los entrenadores son las auténticas estrellas de los equipos. Los comandantes que deben guiar a su ejercito a la victoria. La táctica cobra una relevancia capital. Los puristas destacan que en los partidos universitarios, es donde se ve baloncesto de verdad.

En la edición de esta temporada, el baloncesto universitario estadounidense regalo un auténtico milagro en el partido que disputaban Texas A&M y Northern Iowa. A falta de 35 segundos, los Panthers tenían una ventaja de 12 puntos sobre el conjunto tejano. Las probabilidades de victoria eran del 99,99 por ciento.

Todo parecía decidido, cuando se obró una de las mayores gestas del baloncesto en los últimos años, y puede que de toda la historia. Cinco canastas de dos, un triple, y un tiro libre para que los Aggies completaran un 14-2. El partido se iba a la prórroga. Ver para creer.

Baloncesto en su máxima esencia. Así es la NCAA, bendita locura.

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