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El Baskonia se ahoga en la orilla ante el Fenerbahce y se queda sin final de la Euroliga (88-77)

Por primera vez un equipo turco jugará la final de la máxima competición europea de clubes. Los vitorianos se quedaron sin fuelle en la prórroga.

Por primera vez un equipo turco jugará la final de la máxima competición europea de clubes. Los vitorianos se quedaron sin fuelle en la prórroga.
Darius Adams lanza a canasta ante la oposición de Jan Vesely. | EFE

El grito de "sí se puede" -con el que los aficionados vascos que se dieron cita en la Mercedes Benz Arena acompañaron al Baskonia Laboral Kutxa- no le alcanzó al final al equipo español para pasar a la final de la Euroliga, al caer derrotado en la prorroga por el Fenerbahce, por 88-77.

Sin embargo, el "sí se puede" tuvo su sentido y se estuvo a punto del milagro ante un equipo que parecía jugar en casa en Berlín acompañado por una afición que parecía una marea amarilla. Al final, cuando la derrota ya estaba consumada, la afición despidió al Baskonia con una especie de fiesta en la tribuna, recuperándose del silencio en que se había hundido cuando vio que se escapaba un milagro que estuvo muy cerca.

Al comienzo del partido, en una esquina del pabellón la hinchada vasca gritaba "el sí se puede" tratando de hacerse oír pese a que gran parte de la tribuna estaba tomada por aficionados turcos. El marcador, además, de pronto se puso 13-0 lo que no era como para que los vascos en la tribuna aumentaran la fe. Un mate de Adam Hanga fue la primera señal de resistencia contra el infierno para poner el partido 13-2. Luego anotó Tilie para el 13-4.

El comienzo del partido había encendido aún más a la afición turca pero el Baskonia mostró una reacción, logró, para el final del primer cuarto, reducir la desventaja a 8 puntos con un parcial de 23-15 y la esquina roja donde se agrupan los aficionados vascos trataban de hacer lo suyo ante la clara mayoría turca.

En el segundo cuarto, un triple de Ioannis Bourosis animó a los vascos. De pronto el Baskonia jugaba mejor y en las tribunas pese a estar en minoría los vascos se oían más. Y la desventaja empezó a bajar y bajar. La esquina roja podía soñar con la remontada. Jan Vesely lo entendió así y pidió a la afición turca con un gesto que no se apagara.

Al final del segundo cuarto, la ventaja para el Fenerbahce era de sólo un punto (41-40) -dos triples de Darius Adams fueron claves- y los gritos de "si se puede" volvieron a oirse a la perfección. Cuando en el descanso Bourosis se fue al vestuario hubo una ovación jubilosa.

En el tercer cuarto, una cesta de Hanga puso por primera vez en ventaja al Baskonia pero el Fenerbahce respondió con un triple de Pero Antic. El propio Antic generó luego una falta y convirtió sus dos lanzamientos. Antes de que la fe vacilara, Hanga respondió con otro triple. El partido seguía apretado. En las tribunas, los turcos eran más pero ante la remontada parecían tener que acordarse que no debían callarse mientras que la afición vasca se hacía notar cada vez con el grito de "Baskonia".

Un triple de Adams para un 50-52 volvió a poner en ventaja al Baskonia y la fiesta se desató en la tribuna roja. Luego el propio Adams, en jugada personal, aumentó a 50-54. Obradovic pidió tiempo y en la tribuna sólo se oía a los vascos. Faltaba 1:56 para que se acabara el tercer cuarto. Tras el tiempo pedido por Obradovic, el Fenerbahce logró remontar e irse otra vez en ventaja por 55-54. Y los turcos volvieron a hacerse oír.

En la última jugada del tercer cuarto Bourusis volvió a mostrarse con un triple que le devolvió la ventaja al Baskonia por 55-57. Ahora a los que les costaba trabajo volver a creer era a los aficionados turcos que en los primeros minutos del partido hubieran podido pensar que todo iba a ser sólo cuestión de trámite.

Al comienzo del último cuarto Bourosis aumentó la ventaja, luego firmó un triple y los turcos parecieron callarse, al manos cuando su equipo tenía el balón. El "sí se puede" se oía con más frecuencia y ahora el marcador lo respaldaba. La ventaja llegó a estar en seis puntos.

Los turcos, por su parte, ya ni siquiera silbaron con suficiente convicción dos lanzamientos libres que convirtió Tiller para el 65-70. A falta de 48 segundos el marcador se puso 70-71. Adam pudo sentenciar con dos lanzamientos libres pero falló uno y Kostas Sloukas anotó para el 72-72 que forzó la prórroga

Para los cinco minutos finales, la marea amarilla en la tribuna recuperó la fe. El Fenerbahce en el campo también y la esquina roja hacía todo lo posible para no apagarse aunque el marcador volvió a hablar en contra y el desarrollo de la prórroga recordaba un poco el del primer cuarto. A falta de 52 segundos ya sólo los turcos cantaban y había silencio en la esquina roja. Sin embargo, aunque el 88-77 final no daba motivos para celebraciones, tras el partido se armó una fiesta en la esquina vasca como homenaje a una gesta épica inconclusa.

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