L D (EFE) En la ronda de preguntas posterior a la declaración de Riis, el ex ciclista admitió que el periodo en que había tomado EPO empezó en 1993 y terminó en 1998 con lo que su triunfo en el Tour, que puso fin al reinado del español Miguel Indurain, estaría marcado por el consumo de sustancias prohibidas. Riis no le dio importancia a la posibilidad de que su triunfo en el Tour sea anulado. "Mi camiseta amarilla está en el garage de mi casa y pueden tenerla cuando quieran. No tiene ningún valor, lo que tiene valor para mí son los recuerdos", dijo Riis.
El ex ciclista danés dijo que su confesión era estrictamente personal y que no involucraba a nadie más. "Yo compré la EPO y yo la tomé", dijo Riis, quien admitió que su confesión había sido en parte precipitada por la reciente ola de declaraciones en Alemania de corredores que recurrieron al dopaje. El caso más destacado hasta ahora había sido el del sprinter Erik Zabel al que se suman los de Christian Henn, Bert Dietz, Udo Bölts y Rolf Aldag.
Además, los médicos Andreas Schmid y Lothar Heinrich admitieron haber ayudado a ciclistas que querían doparse. "Hasta ahora no había sentido la necesidad de confesar nada. Pero los recientes acontecimientos en Alemania le han dado nueva actualidad al tema", dijo Riis. "He venido aquí como persona privada para dejar atrás el pasado y poder construir algo para el futuro", dijo Riis al empezar la conferencia de prensa.
Riis considera que la situación actual en el ciclismo es distinta a la de los años noventa y que el dopaje es algo que ahora puede controlarse. Por ello, Riis aspira a poder seguir trabajando con su equipo en el mundo del ciclismo. El ex ciclista se negó a involucrar a su ex compañero Jan Ullrich o a darle consejos desde la distancia sobre como debe manejar su situación actual. "Jan debe hacer lo que sea mejor para él", dijo cuando se le preguntó si Ullrich también debía sumarse al grupo de los que confesaron. Riis dijo, además, no saber si Ullrich se había dopado o no.
El ex ciclista danés dijo que su confesión era estrictamente personal y que no involucraba a nadie más. "Yo compré la EPO y yo la tomé", dijo Riis, quien admitió que su confesión había sido en parte precipitada por la reciente ola de declaraciones en Alemania de corredores que recurrieron al dopaje. El caso más destacado hasta ahora había sido el del sprinter Erik Zabel al que se suman los de Christian Henn, Bert Dietz, Udo Bölts y Rolf Aldag.
Además, los médicos Andreas Schmid y Lothar Heinrich admitieron haber ayudado a ciclistas que querían doparse. "Hasta ahora no había sentido la necesidad de confesar nada. Pero los recientes acontecimientos en Alemania le han dado nueva actualidad al tema", dijo Riis. "He venido aquí como persona privada para dejar atrás el pasado y poder construir algo para el futuro", dijo Riis al empezar la conferencia de prensa.
Riis considera que la situación actual en el ciclismo es distinta a la de los años noventa y que el dopaje es algo que ahora puede controlarse. Por ello, Riis aspira a poder seguir trabajando con su equipo en el mundo del ciclismo. El ex ciclista se negó a involucrar a su ex compañero Jan Ullrich o a darle consejos desde la distancia sobre como debe manejar su situación actual. "Jan debe hacer lo que sea mejor para él", dijo cuando se le preguntó si Ullrich también debía sumarse al grupo de los que confesaron. Riis dijo, además, no saber si Ullrich se había dopado o no.