Noche plácida en el Bernabéu, donde el Real Madrid se encontró con un león turco, el Galatasaray, que no fue tan fiero como lo pintaron. Los blancos han firmado un gran resultado (3-0) que les pone con pie y medio en semifinales de la Champions por tercer año consecutivo.
Toca rematar la faena en Estambul, dentro de una semana, pero el equipo de Fatih Terim, que los expertos consideran más peligroso a domicilio que en su propio estadio, fue de más a menos en la capital de España, adonde llegó acompañado por miles de fervorosos y ruidosos hinchas. Drogba, el eterno elefante del balompié mundial, fue de lo más incisivo en el ataque otomano porque Burak Yilmaz, que llegaba a la cita como máximo realizador de la Champions junto a Cristiano Ronaldo, estuvo anulado en todo momento y apenas rascó bola, aunque, en una acción aislada, fue objeto de un posible penalti de Sergio Ramos.
En definitiva, todo le salió a pedir de boca a Mourinho y los suyos. Hasta las tarjetas: Xabi Alonso y Ramos vieron sendas amarillas que les impedirán jugar la vuelta, con lo que llegarán limpios a semifinales. Siempre que el Madrid se clasifique, claro está, aunque el panorama no tiene pinta de otra cosa.
Imponiendo galones desde el inicio
Una vez más, el Madrid salió como un tiro en la noche europea y rápidamente se puso por delante en el marcador. Sólo habían transcurrido nueve minutos cuando Cristiano Ronaldo controló a la carrera un gran pase interior de Özil y se quedó solo ante Muslera para definir con maestría, picando el balón lo justo para alojarlo en el fondo de las mallas. El portugués, el que siempre tira del carro, empezaba a evidenciar así las debilidades de la defensa turca. El camerunés Dany Nounkeu era de lo poco potable en esa zona porque los laterales Riera y Eboué dejaban muchísimos espacios, beneficiando el juego directo de contragolpe del Madrid, mientras que Semih era una auténtica madre.
Pero el Galatasaray de Fatih Terim, viejo zorro del fútbol, no se descompuso y poco a poco se acercaba al área de Diego López. Así, Drogba avisó con un peligroso disparo desde la frontal que salió ligeramente desviado, poniendo en vilo a los aficionados madridistas. Fue tras marcharse con calidad de un Raphael Varane que ha vuelto a rayar a gran nivel, demostrando que la falta de experiencia no le pesa a este formidable central de apenas 19 años.
Sneijder y Eboué también probaron fortuna desde lejos, pero eran fuegos de artificio porque el Madrid se veía cada vez más cómodo ante un rival que pecaba de falta de acierto en los metros finales. Eso sí, Drogba volvió a avisar al filo de la media hora con un remate centrado que Diego López desvió de puños. Una vez más, el meta gallego volvió a aparecer para confimar, como admitió Mourinho en la rueda de prensa tras el empate el pasado sábado en Zaragoza, que Casillas tiene muy difícil volver a ser titular de aquí a final de temporada.
La ocasión del marfileño fue el preludio del gol que allanaba el camino del Madrid hacia las semifinales. A los 28 minutos, Essien, titular en el lateral derecho en detrimento de Arbeloa, puso un centro hacia el segundo palo y ahí apareció Benzema para, aprovechándose de la indolencia de Eboué y Semih, controlar la pelota y batir a Muslera con un zurdazo que se coló junto al palo. El Madrid, una vez más, sacaba partido de su enorme pegada para poner tierra de por medio.
El 2-0 era un buen resultado pero se antojaba corto ante un rival que, en acciones aisladas, podía marcar un gol que complicara la eliminatoria. Así, lo intentó Yilmaz con una volea dentro del área –de lo poco que ofreció el delantero revelación de esta Champions–, aunque más clara aún fue la ocasión que tuvo Eboué en un mano a mano ante un soberbio Diego López. El Madrid no lograba matar el partido y temía por su renta.
El Galatasaray baja los brazos
Pero Fatih Terim sorprendió en el descanso al quitar a Sneijder para dar entrada a Gokhan Zan, en un cambio de carácter defensivo, tal vez casi más preocupado de no encajar un tercer gol que de marcar el primero. Y el Galatasaray lo acusó. Con el holandés fuera del campo, los turcos perdían creación en el centro y el Madrid lo aprovechó para acrecentar su dominio y apenas sufrir sobresaltos atrás, donde Varane nuevamente se erigía en el jefe de la zaga.
Alguna que otra llegada de Drogba y un remate lejano de Felipe Melo, sin peligro alguno, fue de lo poco que ofrecieron los otomanos en el inicio de una segunda parte controlada de cabo a rabo por el Madrid. Es más, fueron los blancos los que pudieron ampliar la cuenta con un remate cruzado de Di María que interceptó Muslera.
Y a los 73 minutos acabaría llegando el gol de la tranquilidad, el 3-0, a la postre definitivo, que pone al Madrid con pie y medio en la ronda de los cuatro mejores. Xabi Alonso botó con clase una falta y puso la pelota en el corazón del área. Ahí apareció Higuaín, que entró al campo por Benzema, para rematar de cabeza y alojar el cuero donde no pudo llegar el meta uruguayo del equipo estambulí. Respiraba aliviado el madridismo tras unos minutos de cierta zozobra.
Ahí acabó el partido y, salvo sorpresa en la vuelta, la eliminatoria. El Galatasaray terminó por bajar los brazos en plena fiesta blanca y firmó su defunción en esta Champions. Salvo milagro en el Türk Telekom Arena, su techo será los cuartos de final.
Ficha técnica
Real Madrid, 3: Diego López; Essien, Varane, Sergio Ramos, Coentrao; Khedira, Xabi Alonso; Di María (Pepe, m.85), Özil (Modric, m.79), Cristiano Ronaldo; y Benzema (Higuaín, m.64)
Galatasaray, 0: Muslera; Eboué, Semih Kaya, Nounkeu, Riera (Amrabat, m.83); Felipe Melo, Altintop (Umut Bulut, m.78), Selçuk Inan; Sneijder (Gokhan Zan, m.46); Drogba y Burak Yilmaz
Goles: 1-0, m.9: Cristiano Ronaldo; 2-0, m.28: Benzema; 3-0, m.73: Higuaín
Árbitro: Svein Oddvar Moen (Noruega). Mostró tarjeta amarilla a Nounkeu (m.40), Felipe Melo (m.70), Burak Yilmaz (m.77) y Drogba (m.87), del Galatasaray, y a Xabi Alonso (m.84), Sergio Ramos (m.89) y Modric (m.91), del Real Madrid
Incidencias: Partido de ida de cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabeu ante unos 80.000 espectadores, entre ellos cerca de 7.500 seguidores turcos