Tres goles, uno de ellos extraordinario, dos balones a los palos, y no pocas ocasiones más. Con ese inmejorable balance se despidió de su estreno en la Champions League un Sevilla que tuvo en el Borussia Mönchengladbach a poco más que un juguete en sus manos, en un partico fantástico de los de Unai Emery.
Quizá sorprendió el técnico vasco con la suplencia de Fernando Llorente e Iborra, pero no desde luego por la ambición con la que los andaluces comenzaron el duelo, pues en apenas cinco minutos ya había estrellado Vitolo un balón en el poste. Bien es cierto que la gran cantidad de bajas defensivas, especialmente en el puesto de central, con Pareja, Rami y Carriço en el parte de lesionados, obligaron al técnico vasco a poner una pareja de circunstancias, la única disponible (Kolo y Andreolli) en tan delicada zona, lo que aprovecharía el holandés Brouwers para hacer temblar al Pizjuán con un cabezazo en una falta lateral que a punto estuvo de ser el 0-1. Una jugada que hizo dar al Sevilla un pequeño paso atrás, lo que aprovecharía el Gladbach para jugar sus mejores minutos, y de nuevo inquietar en una gran incursión de Raffael que no lograría culminar en gol Traore.
Sin embargo, tras los diez minutos de zozobra, de nuevo los andaluces marcaron la pauta, y conforme avanzaron los minutos se hicieron más que acreedores de un gol antes del intermedio. Gameiro, que aparecía por todas partes, y el exuberante recorrido de los laterales, Coke y Trémoulinas, apareciendo incesantemente en el ataque local, fueron una constante pesadilla para los alemanes, a los que el galo bien pudo golear en varias ocasiones, muy especialmente una que concluyó con una buena parada del arquero Sommer en el minuto 43. Sin hacer trabajar incansablemente al cancerbero suizo, el dominio sevillano había sido patente, y merecedor sin duda de un gol que le diera ventaja al descanso, ante un Borussia, colista en la Bundesliga, que no derrochaba ninguna alegría futbolística en su retorno a la Champions.
No tardarían los de Emery en recibir su justo premio. En apenas cuatro minutos de la segunda parte, el checo Pavel Kralovec señaló dos veces el punto de penalti, en dos faltas dentro del área sobre Vitolo, especialmente clara la segunda. Gameiro asumió la responsabilidad en ambos lanzamientos, chutando por alto, encontrando el gol en el primero pero estrellando su pelotazo en el larguero a la siguiente. Pudo ser la sentencia en apenas un instante, pero el error del galo en la segunda vez dio aire a un Borussia que asustaría de nuevo a Rico con la mejor ocasión del partido para los teutones, en una contra hilada por Hazard con chut final desviado de Raffael. Fue la última vez que los visitantes inquietaron el arco local, pues a partir de ahí de nuevo todo el juego se dirigió a la otra portería.
Aún habría una tercera pena máxima, de nuevo clarísima, sobre Gameiro en este caso. El francés cedió la responsabilidad a Banega y el argentino no dudó en certificar los tres puntos. No tardaría en perdonar Reyes e Inmobile la sentencia total, con un buen Sommer evitándolo, pero el golazo de la noche llegaría con una genialidad de Konoplyanka, que se inventó un centro chut envenenado en el primer balón que tocaba, nada más sustituir a un Reyes ovacionado por sus paisanos. El balón del ex del Dnipro cogió una rosca imposible para colarse por el primer palo de un sorprendido Sommer y certificar el liderato de un Sevilla que no pudo arrancar con mejor pie su aventura europea.
Ficha técnica
Sevilla, 3: Rico; Trémoulinas, Andreolli, Kolodziejczak, Coke, Krychowiak, N'Zonzi, Banega (Krohn Dehli, m.76), Vitolo, Reyes (Konoplyanka, m.83) y Gameiro (Inmobile, m.71)
Borussia Mönchengladbach, 0: Sommer; Korb, Brouwers, Wendt, Jantschke, Stindl (Dahoud, m.66), Nordveit, Traore, Hahn (Nico Schulz, m.72), Raffael (Drmic, m.83) y Hazard
Goles: 1-0, m.47: Gameiro, de penalti; 2-0, m.66: Banega, de penalti; 3-0, m.84: Konoplyanka
Árbitro: Pavel Kralovec (República Checa). Mostró tarjeta amarilla al local N´Zonzi y a los visitantes Brouwers y Stindl
Incidencias: partido disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán, perteneciente a la primera jornada de la Liga de Campeones.