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Champions League

El Atlético "no deja de creer" y fulmina al Barcelona para regresar a semifinales (2-0)

Dos goles de Griezmann dieron una merecida clasificación a los rojiblancos. El colegiado no señaló un penalti claro a favor del Barça.

Dos goles de Griezmann dieron una merecida clasificación a los rojiblancos. El colegiado no señaló un penalti claro a favor del Barça.

Cada centímetro del campo fue del Atlético de Madrid y, cuando los rojiblancos no ceden ni un solo espacio, puedes caer en la trampa, te llames FC Barcelona o el Brasil de los 70. El Vicente Calderón fue una olla a presión espoleada por lo sucedido en la ida (victoria azulgrana por 2-1, con un lamentable arbitraje del alemán Felix Brych) y el equipo de Simeone correspondió como lo merecía. La batalla del Manzanares necesitaba guerreros y fueron los dirigidos por el Cholo.

Con once, el Atlético fue superior al Barcelona, tanto en la primera como en la segunda parte, pero sobre todo en el inicio. El equipo de Luis Enrique no vio portería hasta el minuto 41 con un disparo flojo de Neymar. Los locales, todo lo contrario. Ya en los primeros compases probaron a Ter Stegen en varias ocasiones. El cielo se iba tiñendo de rojiblanco sobre el Manzanares.

El paso de los minutos fue asentando al Atlético de Madrid y el centro del campo fue colchonero. Una mirada más de un jugador del Barcelona y ya tenía un montón de pirañas a su alrededor que olían la sangre a la mínima. El ataque del Barça era inoperante y el del Atlético provocaba el caos entre Piqué y Mascherano. Los dos centrales se encomendaban a todo lo que podían cada vez que el balón surcaba el cielo en dirección a su espalda. La razón de ese miedo era sencilla: todo se lo llevaban los rojiblancos, que, como en la ida, vistieron de azul marino para la ocasión.

Griezmann, desatado

Con Messi, Suárez y Neymar viendo cómo el balón era de todos menos de ellos, el Atlético siguió paso a paso en su idea futbolística y continuó minando la defensa catalana hasta encontrar su punto más débil, los balones altos entre centrales. Piqué y Mascherano fallaron en la marca en uno de los ataques madrileños, nadie fijó a Griezmann y el francés, a pase de Saúl con un exquisito centro con el exterior de su pie izquierdo, desataba la locura en el Manzanares. De cabeza a semifinales. Era el primer paso.

Como es lógico, el Atlético tuvo que medir los tiempos y bajar un poco el ritmo de presión, que no el de la intensidad. Las líneas se retrasaron un palmo; la lucha por cada balón, no. Eso provocó que en la segunda parte ocurriera lo mismo que en la primera. El Barcelona estaba desesperado, sin ideas sobre el césped del Calderón.

Tensión, sentencia y polémica

En el segundo acto, el Atlético acusó el cansancio que había mostrado en el primero, pero cerró filas en torno a su centro del campo y a su defensa. El muro aguantó, el Barça no dio demasiado miedo y los locales veían el cielo abierto en cada contragolpe.

Si el equipo de Luis Enrique no marcaba, las sensaciones indicaban que al Atlético no sólo no se le iba a escapar el pase ni tampoco un segundo gol. Lo que duró en el campo Carrasco hasta quedarse sin gasolina fue un tormento para los azulgrana, el mismo que Godín y Lucas Hernández para Luis Suárez.

El partido se fue calentando y otra vez Suárez fue dejando recados en acciones sin balón en juego, como una en la que le dejó el ojo a la virulé a su compatriota Diego Godín. Esta vez al Atlético sí le pareció bien el cruce de cables del 9 azulgrana porque todo lo que no fuera fútbol en la recta final le valía. Un larguero de Saúl, las contras de Griezmann y algún que otro balón largo a la espalda de la defensa culé pudieron dar el 2-0 al Atlético, pero aún quedaba mucho por sufrir.

Luis Enrique no esperó demasiado y puso en el campo a lo único que le podía servir de su banquillo: Arda Turan y Sergi Roberto. No le salió bien la jugada al asturiano porque ninguno encontró fisuras en las líneas enemigas. Mientras tanto, el Atlético esperaba y movía ficha. Primero con Thomas Partey para dar más empaque al medio y luego con Correa para seguir aumentando la velocidad de sus contras.

Así llegaría el 2-0, al contragolpe. Jugadón antológico de Filipe Luis, regate tras otro y mano de Andrés Iniesta para cortar el pase de la muerte. ¿Roja? Para cualquier mortal, sí; para el árbitro italiano Nicola Rizzoli, no. Pero no tendría que arrepentirse de ello el Atlético porque Griezmann no falló, transformando la pena máxima con un suspense, con un remate ajustado al palo, y con el segundo tanto el pase a semifinales estaba a tiro de piedra.

Con taquicardias en ambos bandos y, por si no hubiésemos tenido suficiente polémica en la ida, penalti claro por mano de Gabi dentro del área que el colegiado señaló fuera. El Barcelona se comió al colegiado, pero no le sirvió de nada. Incluso Piqué en la cara del árbitro le hizo el gesto de "robar". ¿Roja? No. Ni siquiera amarilla, que hubiera sido la segunda para el capitán colchonero y, por tanto, se hubiera perdido la ida de semifinales.

El pitido final supo a gloria en el Calderón para agasajar a un Atlético de Madrid que vuelve a semifinales dos años después y por el mismo camino: eliminando al Barcelona en la ronda de los ocho mejores. Gloria para el equipo de Simeone y duro varapalo para el de Luis Enrique, al que se le ha esfumado la oportunidad de conquistar el triplete por segundo año consecutivo.


Ficha técnica

Atlético de Madrid, 2: Oblak; Juanfran, Godín, Lucas, Filipe; Saúl, Gabi, Augusto (Savic, m.91), Koke; Griezmann (Correa, m.89) y Carrasco (Thomas, m.72)
FC Barcelona, 0: Ter Stegen; Dani Alves (Sergi Roberto, m.64), Piqué, Mascherano, Jordi Alba; Rakitic (Arda Turan, m.64), Sergio Busquets, Iniesta; Messi, Luis Suárez y Neymar

Goles: 1-0, m.35: Griezmann; 2-0, m.87: Griezmann, de penalti
Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia). Amonestó a los locales Gabi (m.68), Godín (m. 84), Correa (m. 89) y Koke (m.94), del Atlético de Madrid; y a Luis Suárez (m.70), Neymar (m.76) e Iniesta (m.86), del Barcelona
Incidencias: Partido de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 55.000 espectadores. Lleno

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