Antonio Cordón se ha convertido en uno de los hombres de moda en el mundo de los despachos. El Mónaco, club del que es director deportivo, disputa este miércoles (20:45 ante la Juventus) las semifinales de la Liga de Campeones y es líder de la Ligue 1.
Cordón acompañó a Juanma Rodríguez y todo su equipo de El Primer Palo en la previa de las semifinales de Champions.
Nadie al inicio de temporada daba un duro por un equipo que tuvo que jugar la previa de Champions. El club monegasco, con varios jugadores veteranos y fichajes a golpe de talonario, no había conseguido el objetivo de superar al PSG en Francia desde la llegada en 2011 a la presidencia de Dmitry Rybolovlev.
El filántropo, inversor y empresario ruso, llegó a entrar en la lista de las cien personas más ricas del planeta elaborada por la revista Forbes en 2009. Ocupó el número 79. En 2015, descendió hasta la 156, pero aún es un millonario que, como muchos otros, han comprado un club de fútbol con la idea de convertirlo en uno de los mejores del mundo.
Sin embargo, su política no funcionó. Muchas veces el gastar sin control no es sinónimo de éxito. Algo que le ocurrió a un Mónaco lleno de talento pero sin esencia. En su primer año, no consiguió ascender a un equipo que estaba en Segunda División. Con Claudio Ranieri, a la segunda intentona, lo logró. Fue en mayo de 2013 tras proclamarse campeón de la Ligue 2.
Entonces, llegaron los fichajes millonarios. Primero, compró a James Rodríguez por 40 millones de euros; después, a Joao Moutinho por 25; a ambos les siguieron Ricardo Carvalho y Radamel Falcao, que batió el récord de 63 millones; también llegaron Jérémy Toulalan, Eric Abidal y Geoffrey Kondogbia; y todo, para conseguir el subcampeonato de la Liga de Francia.
En la 2014/15 se frenaron las inversiones y salieron del club James Rodríguez rumbo al Real Madrid y Falcao al Manchester United. En Liga acabó tercero, el mismo resultado que el curso pasado, en el que quedó por detrás del PSG y Del Lyon, a 31 puntos de los parisinos.
Ese verano Rybolovlev tuvo una revelación. "Necesitamos un arquitecto que ponga los cimientos para hacer algo grande". Tras peinar el mercado europeo, un hombre le llamó la atención. Se trata de Antonio Cordón, una de las principales razones del crecimiento constante que ha tenido el Submarino Amarillo en los últimos años.Cordón, un hombre de club que regaló al conjunto castellonense su extraordinario buen ojo y su capacidad de trabajo durante 17, estuvo los últimos ocho al frente de la parcela deportiva del equipo que preside Fernando Roig.
Entre sus méritos, destacan la evolución deSanti Cazorla desde juvenil hasta convertirse en una estrella o los fichajes de Gabriel, Musacchio, Bailly o Giuseppe Rossi. Todos ellos llegaron muy baratos y se marcharon a buen precio. Algunos como Musacchio siguen, pero otros como Bailly se fueron al Manchester United por 40 millones de euros, Gabriel dejó 20 millones en las arcas del club tras ser traspasado al Arsenal y Rossi otros 10 tras su marcha al Fiorentina.
Otro de los méritos de Cordón ha sido el de formar una de las mejores canteras de España. El Villarreal siempre luce en categorías inferiores y eso, es en gran parte, mérito de la extraordinaria red de ojeadores, ávidos de talento, que se extiende por toda España.
Cordón comenzó su carrera en Madrid como profesor de educación física en el colegio San Agustín, muy cerca del estadio Santiago Bernabéu. De ahí se convirtió en ojeador del Villarreal, después dio el salto a la dirección deportiva y, el verano pasado, trasladó su residencia a Mónaco para instalarse cerca de La Turbie, la ciudad deportiva del club del principado.
En el Principado es un auténtico todoterreno. Cordón no sólo se encarga de mirar a la cantera. Hace mil cosas más. Está pegado al primer equipo organizando sus necesidades, diseña el centro de entrenamiento, organiza la parte del scouting y el trabajo de observación de jugadores, está atento a la academia del club e incluso cuadra la cuentas y no deja de ver fútbol hasta en sus días libres.
Antonio sabe que tiene entre manos un equipo repleto de joyas: Mbappé (18 años), Fabinho (23), Bakayoko (22), Lemar (21), Sidibe (24), Mendy (21), Jemerson (23) o Bernardo Silva (21). Mirlos blancos que hacen las delicias de toda Europa, y que son pulidos por un Leonardo Jardim, que sigue demostrando su valía como entrenador y que como estratega y motivador no tiene rival. Desquició a Guardiola en octavos y a Thomas Tuchel, técnico del Borussia, en cuartos.
El arquitecto español sonríe viendo cómo su equipo hace historia: líder de la Ligue 1 y en semifinales de la Liga de Campeones. El Mónaco ya nota su trabajo.