La marcha de Bonucci de la Juventus ha sorprendido a propios y extraños. La afición de la Vecchia Signora está indignada tras la venta de uno de sus grandes ídolos. El central italiano, uno de los mejores del mundo, ha sido traspasado al Milán por 40 millones de euros. La Juventus no solo deja escapar a un pilar defensivo, también refuerza a un rival directo.
El sorprendente adiós de Bonucci de la Juve se une a otra marcha difícil de entender como la de Dani Alves –el ex del Barça firmó un final de temporada espectacular–. ¿Por qué?, se preguntan en Turín. Ambas salidas están relacionadas. La explicación no tiene nada que ver con el ámbito deportivo.
La incomprensible venta de Bonucci tiene su origen en la final de la Champions League. Todo empezó en los momentos previos al partido contra el Real Madrid. En pleno vestuario, y según ha revelado Mario Mandzukic, Dani Alves y Bonucci tuvieron una acalorada discusión.
El brasileño puso música a un volumen excesivamente alto, cosa que a Bonucci le produjo un cortocircuito en su cabeza. "Fue hacia Dani y le dijo que le rompería las piernas en tres segundos si no paraba la música, a lo que Alves le respondió que, si perdía la final, todavía tendría tres Champions en su palmarés y Bonucci ninguna", detalla Mandzukic y añade que "en el vestuario todos nos escandalizamos al escuchar las palabras de Dani".
Las palabras de Alves encendieron aún más al central italiano: "Leo agarró a Dani por el cuello y, cuando estaba a punto de darle un puñetazo, Allegri los separó y tomó la decisión de un verdadero líder: dijo que le daba igual quién lo había empezado, pero que al final de la temporada los dos serían expulsados", ha explicado el delantero croata.
Según Mario, "ha sido la decisión más sabia que jamás se haya tomado", ya que ahora "el grupo está tranquilo y unido de nuevo sin la irritabilidad de Leo ni el dolor de cuello que nos suponía un brasileño como Dani".
Tras este incidente inicial, Bonucci volvió a enfrentarse con un compañero en el descanso. Andrea Barzagli recriminó a Leo algún aspecto táctico, y el irascible central de Viterbo se fue a por él. De nuevo la mediación de Allegri evitó males mayores, aunque en pleno forcejeo, Dybala, que intentaba separar a sus compañeros, se llevó una fuerte bofetada.
A pesar de que Mandzukic salió a desmentir la información: "Me están atribuyendo palabras que nunca he dicho respeto a Dani y Leo. La gente que me conoce sabe que no soy un tipo que habla a la espalda de la gente. Si debo decir algo lo digo a la cara y seguro que no son mis palabras", lo que está claro que es la relación entre algunas de las estrellas de la Juve con su entrenador, era insostenible.
Tras acabar la temporada, solo había dos opciones para la Juventus. O se marchaba Allegri o había que vender a Dani Alves y Bonucci. Tras sopesarlo a conciencia, la directiva de la Vecchia Signora tomó una dura e impopular decisión. Apostar por Massimiliano Allegri y desprenderse de dos de sus grandes figuras.
Bonucci se marcha por la puerta grande de la Juve. El central compró la contraportada de la Gazzetta dello Sport para despedirse de la que ha sido su afición durante 7 temporadas. Se despidió de todos –afición, compañeros, directiva–, pero se olvidó de alguien. ¿Adivinan de quién? Ni una sola referencia sobre Allegri, el verdadero verdugo de Bonucci en el equipo turinés.
Allegri, que queda para su propia afición como el malo de la película, será examinado con lupa por una hinchada que considera un pecado la marcha de un auténtico icono de la Juventus.