El equipo de Cornualles consiguió en la temporada 2009-2010 ascender a la primera división de la Mining League, decimotercer escalón del fútbol inglés. Por aquel entonces nadie sabía que aquel ascenso supondría la debacle para este club. Tras subir de categoría, varios jugadores del equipo decidieron marcharse del club y fichar por equipos de un nivel superior. A estas sensibles bajas se unió también la del gerente de la entidad.
Con este panorama, los actuales administradores buscan de forma desesperada y ansiosa nuevos jugadores que quieran formar parte del club para lograr un once, ya no de garantías, sino once futbolistas que puedan estar sobre el césped para jugar el próximo partido. El pasado sábado, el Madron FC perdió 22-0 ante el San Buryan y al campo sólo pudieron saltar siete jugadores, los justos y necesarios para que el árbitro no suspendiese el partido. Para mas inri, uno de los jugadores de campo tuvo el papelón de hacer de portero.
Lo peor de todo es que el fin de semana anterior a ese encuentro, el equipo perdió por 55-0 ante el Illogan Res, siendo la derrota más abultada jamás vista en un partido de fútbol. Lo más sorprendente de la historia es que, a pesar de los 227 goles en contra y los sólo dos a favor, el club galés no es el colista de la liga ya que ese honor lo ocupa el Storm, que suma tres puntos negativos por incomparecencia a un partido.
Alan Davenport, el sustituto del gerente, ha admitido que probablemente su equipo sea "el peor equipo de Gran Bretaña". Pero, como retirarse es de cobardes, Davenport ha daclarado que el club va a seguir disputando los partidos que le quedan y que seguirán luchando como el primer día. En la foto del equipo, ni siquiera están los once jugadores ya que tres de ellos se han sentido avergonzados como para dejarse retratar en semejante equipo.