Sin perder la sonrisa ni un sólo instante, a pesar del continuo acoso de los medios y de muchos viajeros que le pedían autógrafos y querían hacerse fotos con la atleta, Marta se ha lanzado a abrazar y besar a todos los familiares que le aguardaban (padres, abuelos, tíos, primos..) nada más salir por la puerta de embarque.
Luego ha atendido a los medios y ha afirmado, al ser preguntada por los próximos Juegos Olímpicos de Londres 2012, que de momento lo primero es disfrutar "y luego pensar" qué quiere "para el futuro".
"Londres está cerca, pero está lejos. Yo me voy haciendo mayor y hay que escoger los objetivos que me quiero plantear", ha manifestado la palentina.
"La caída en Pekín", ha comentado la atleta, "me hizo más fuerte y más trabajadora", y ha agregado que le insufló más ganas y, sobre todo, le sirvió "para no cometer los mismo errores".
Sobre la década de España sin oros mundialistas, la corredora considera que es muy difícil lograr una medalla en este tipo de campeonatos, "ya que están complicadas y los oros todavía más". "Hemos tenido que esperar diez años, pero yo he trabajado toda mi vida para que llegara este día", ha agregado.
La campeona del mundo se ha dejado fotografiar una y mil veces junto a los suyos, primero con los abuelos, luego con los padres, que a duras penas contenían la emoción, y con el resto de la familia también, que lucían todos una camiseta rosa con la foto de la atleta impresa.
"Siempre me he ligado al color rosa, y en las carreras, con la cinta que me pongo de este color y me siento muy feliz rodeada de la gente que me quiere y siempre me ha apoyado y que hoy van todos vestidos de rosa", ha explicado.
Sus allegados no han dudado en aclamar y llamar campeones al resto de los componentes del equipo de atletismo que también regresaron a España y que viajaron en el mismo avión con Marta, la única de las atleta de España que hasta ahora ha logrado una medalla en estos mundiales Berlín.