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El Steaua regala al Real Madrid el pase para octavos con un gol en propia meta (1-0)

Un gol es un gol, lo marque quien lo marque o lo haga donde lo haga. Y un gol vale tres puntos si es el único del partido. Nicolita le ha dado al Real Madrid el pase para los octavos de final de la Liga de Campeones con su tanto en propia meta. Un serio Steaua de Bucarest veía cómo se marchaba por el sumidero su gran trabajo durante los noventa minutos. Cierto es que el conjunto de Capello desaprovechó oportunidades clarísimas y un penalti de Van Nistelrooy, pero la imagen que se ha visto en el Santiago Bernabéu es la de un equipo que vuelve a instalarse en la comodidad.
- Así les hemos narrado el Real Madrid-Steaua de Bucarest 

Un gol es un gol, lo marque quien lo marque o lo haga donde lo haga. Y un gol vale tres puntos si es el único del partido. Nicolita le ha dado al Real Madrid el pase para los octavos de final de la Liga de Campeones con su tanto en propia meta. Un serio Steaua de Bucarest veía cómo se marchaba por el sumidero su gran trabajo durante los noventa minutos. Cierto es que el conjunto de Capello desaprovechó oportunidades clarísimas y un penalti de Van Nistelrooy, pero la imagen que se ha visto en el Santiago Bernabéu es la de un equipo que vuelve a instalarse en la comodidad. - Así les hemos narrado el Real Madrid-Steaua de Bucarest 
(Libertad Digital) Gracias al gol de Nicolita, el Real Madrid estará en los octavos de final de la Liga de Campeones. Visto que a ningún jugador blanco -ni Robinho, ni Van Nistelrooy, ni Ronaldo, ni Helguera- tuvo su día, al bueno de Nicolita le dio por ayudar involuntariamente al rival. No ha sido un partido para tirar cohetes, si bien el Madrid dispuso de ocasiones y el Steaua plantó cara jaleado por los cerca de 15.000 rumanos que rugieron en las gradas.
 
Capello jugó al despiste planteando la posible titularidad de Ronaldo, pero al final prefirió el statu quo de Van Nistelrooy, si es que no lo tenía decidido desde que el Real Madrid lo fichó este verano. El Steaua planteó un partido muy duro. Sin dar muestras de querer jugar bien, se plantó a dar patadas y no dejar jugar al Madrid poniendo una sombra extra a Guti y Robinho. La pena es que el contragolpe no le funcionó, salvo en una ocasión de Marin que Iker Casillas tuvo que desviar. Al guardameta del Madrid se le notó extrañamente nervioso jugando con los pies. Hasta en tres ocasiones consecutivas, tres pases suyos cayeron en pies del rival, que a punto estuvo de dar un susto mayor.
 
Con poco juego sobre la alfombra verde del Bernabéu, Van Nistelrooy envió un balón al palo, Cernea sacó con el pie sobre la línea el rechace y Robinho no acertó a menos de una cuarta de la línea de gol. Tras el descanso, fue Helguera el que falló otra ocasión sin obstáculo alguno. Raúl avisó también con su única aparición en el encuentro, mientras Robinho hacía diabluras de las suyas en la banda izquierda. A Capello le sobraba hierro en la medular y quitó a Diarra para meter a Beckham. Ganó en profundidad el Madrid y en calidad de pase. Uno de sus servicios estuvo a punto de ser gol, pero Sergio Ramos erró.

El que no falló fue Nicolita, quien le entregó el balón a su portero cuando éste no estaba bajo los palos. La pelota entró mansamente ante la tristeza del jugador del Steaua y la alegría de los madridistas, que a punto estuvieron de hacer el segundo de penalti. Van Nistelrooy mandó la pelota a las nubes antes de dejar su sitio a Ronaldo, quien tampoco tuvo mucha mejor suerte.
 
 
Ficha técnica del partido

Real Madrid, 1: Iker Casillas; Sergio Ramos, Cannavaro, Helguera, Roberto Carlos; Emerson, Diarra (Beckham, min.58); Raúl, Guti, Robinho (Reyes, min.86); y Van Nistelrooy (Ronaldo, min. 74)
Steaua de Bucarest, 0: Cernea; Stancu, Ghionea (Therau, min.78), Goian, Marin; Nicolita, Paraschiv, Petre, Oprita (Coman, min.84); Dica y Badea (Lovin, min. 78).

Goles: 1-0. Min. 71. Nicolita, en propia puerta
Árbitro: Konrad Plautz (Austria). Mostró cartulina amarilla a Petre (18'), Nicolita (36), Cernea (72'), Goian (75'), del Steaua.
Incidencias: 75.000 espectadores acudieron al estadio Santiago Bernabéu, 15.000 de ellos rumanos que animaron con mucho ruido a su equipo durante todo el partido. En el fondo norte una pancarta pedía a Luis Aragonés: "Raúl y Guti, selección".

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