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Villa y Casillas permiten a España seguir soñando

España está en semifinales del Mundial. Tras un encuentro totalmente loco ante Paraguay, con un penalti fallado por cada equipo, David Villa lograba el gol apoteósico, casi en el último suspiro, que daba la victoria (0-1). Alemania nos espera en el último paso antes de la final.

Villa nos mete en semifinales. España 1-0

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Créanselo, España está en semifinales. No es un sueño. En un partido de infarto, con una segunda mitad completamente loca, la selección española ha logrado imponerse a Paraguay con un tanto del guaje Villa, el máximo goleador del campeonato con cinco tantos, en el minuto 83. La jugada de Iniesta en la fabricación del tanto fue, sencillamente, de escándalo.

Pero nada de esto hubiera sido posible hoy sin Casillas. El madridista, por fin, volvió, si es que alguna vez realmente se fue. Iker detuvo un penalti en el minuto 58 a Cardozo que hubiera supuesto el 1-0 (aunque el error de Xabi sólo unos minutos después le robará protagonismo) y en el último suspiro sacó otra muy clara para dejar el 1-0 definitivo que, repetimos, nos lleva a semifinales.

Primera mitad con mucho temor

Los primeros 45 minutos fueron realmente malos. España salió con demasiado temor (la pesadilla de los cuartos, pesa; pero sólo hasta hoy), y Paraguay sorprendió con una presión asfixiante que ahogaba al centro del campo español. A medida que fueron pasando los minutos, España se fue acomodando en el terreno de juego, sobre todo a partir del 25, momento en el que Xavi dispuso de la única oportunidad española en toda la primera mitad, con un disparo lejano que a punto estuvo de superar a Villar.

En los últimos minutos los guaraníes se crecieron y buscaron el gol, y muy cerca estuvieron de conseguirlo. De hecho lo lograron, pero el árbitro Carlos Batres lo anuló correctamente. El remate fue de Valdez, que partió en posición legal, pero sin la intervención de Cardozo, en fuera de juego, el remate no hubiera sido posible. Con este susto se llegó al descanso.

Los tres minutos locos del Mundial

La segunda mitad arrancó muy igualada, hasta que llegamos al minuto 55, momento en el que el partido entró en una fase apoteósica. Primero, Piqué se volvió loco y cometió un penalti tan claro como absurdo sobre Cardozo. El propio delantero paraguayo se encargó de ejecutarlo, y Casillas lo detuvo. Lo hizo gracias a Pepe Reina, que le dijo hacia dónde lo iba a tirar. Pero lo hizo, sobre todo, para volver, porque si bien siempre fue Casillas, no hay duda de que anímicamente no era el mismo; sin embargo, como sólo los grandes saben y pueden hacer (y él lo ha hecho varias veces) volvió a aparecer en el mejor momento. ¡Cómo nos alegramos de ello!

Continuamos con el partido. Sólo un minuto después, penalti sobre Villa. Bastante dudoso. Lo lanza Xabi Alonso, y el balón entra, pero el árbitro, no sabemos muy bien porqué, manda repetirlo. A la segunda lo para Justo Villar, pero su rechace le cae a Cesc Fàbregas, y el cancerbero del Valladolid comete un penalti clarísimo sobre el gunner que Batres no vio o no quiso ver.

Nuevo acierto de Del Bosque

Desde ese momento, España fue bastante superior a Paraguay, pero faltaba algo. Aunque teníamos el balón, y lo tratábamos bien, no llegaban las oportunidades. Por eso Del Bosque decidió quitar a Xabi Alonso y meter a Pedro. ¿Por qué? Pues para abrir al canario a una banda y colocar a Iniesta en el centro, donde podía hacer más daño ante el cansancio acumulado de los paraguayos. Y le salió perfecto. Otra vez.

De hecho, así llegó el gol. Cómo no, de Villa. Pero tal como estaba el partido, estaba claro que tenía que llegar con mucho sufrimiento. La jugada, de escándalo, la ejecuta Iniesta por el centro. Le deja el balón a Pedro, que cruza ante la salida de Villar, pero su remate da en el palo. El rechace le llega a Villa, que dispara, y el balón golpea en un palo, en el otro, y entra. Brutal. Para morirse de un infarto.

Era el minuto 83, y el partido quedaba cerrado. Pero para darle mayor dramatismo, en el último suspiro Casillas volvió a aparecer. Salvó una de las suyas, de esas que para sin saber muy bien cómo, o que simplemente le dan en el cuerpo porque Dios así lo quiere. El caso es que en esa oportunidad se acabó el partido y el sueño de Paraguay, más que digno rival.

Pero insuficiente para una España que ha superado la barrera psicológica de los cuartos de final en un Mundial. Y lo hace a lo grande. Porque sí, está muy bien hacerlo jugando de lujo, como hoy Alemania, pero a veces es necesario hacerlo sufriendo. Eso ayuda a forjar un equipo, como sucedió en la Eurocopa ante Italia, y como ha sucedido ante Paraguay. Porque España ha demostrado que, por fin, sabe controlar un partido en los últimos minutos, sabe reaccionar a las adversidades, ya sea en forma de penaltis en contra, de penaltis fallados o de malos arbitrajes, y no quejarse, no llorar. Pero, sobre todo, España ha demostrado que por fin sabe sufrir y sacar ventaja de ello.

Y nos alegramos, sobre todo, porque Iker Casillas ha vuelto. Todos sabían que España le necesitaba, él el primero. Y hoy ha aparecido, primero para detener un penalti, luego para salvar el empate in extremis. Toda la confianza le habrá vuelto de golpe al madridista, y ésa es la mejor noticia de todas para encarar las semifinales (incluso más que la baja de Muller). Porque sí, de verdad, España está de nuevo en semifinales. Creánselo, porque, aunque suene precioso, no es un sueño. Es real.

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