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Nadal-Verdasco, semifinal española en el Abierto de Australia

Doce años después, el tenis español tendrá de nuevo un jugador en la final del Abierto de Australia: Rafael Nadal o Fernando Verdasco.

Doce años después, el tenis español tendrá de nuevo un jugador en la final del Abierto de Australia: Rafael Nadal o Fernando Verdasco.

(Libertad Digital) Nadal y Verdasco han completado una jornada estelar al vencer en el doble duelo hispano-francés y dejar al tenis galo con la miel en los labios. El manacorense se ha deshecho de Simon, sexto cabeza de serie, por 6-2, 7-5 y 7-5 en dos horas y 28 minutos, mientras que Verdasco, decimocuarto favorito, derrotaba a Tsonga, quinto preclasificado y finalista el año pasado, por 7-6 (7-2), 3-6, 6-3 y 6-2 en dos horas y 48 minutos.

El balear y el madrileño son zurdos, compañeros de Copa Davis y se aprecian. En el vestuario, tras ganar Verdasco a Tsonga, Nadal fue uno de los primeros en felicitarle. "Gran partido", le dijo, "especialmente los dos últimos sets". Pero el viernes en la pista será otra cosa porque el de Manacor le ha vencido en seis ocasiones, cediendo un solo set y destrozándole en la última, en Roland Garros el pasado año por 6-1, 6-0 y 6-2. Esta semifinal será un duelo especial para ambos, porque presentará a un Nadal que no ha cedido un solo set en este Abierto de Australia y a un Verdasco con la moral por las nubes tras ganar a rivales de entidad como al checo Radek Stepanek, al escocés Andy Murray o al propio Tsonga. Habiendo traspasado la barrera de cuartos, una de sus metas, el madrileño aparecerá la próxima semana como número nueve del mundo.

A pesar de que Nadal derrotaba en tres sets a Simon, fue éste uno de los partidos más duros que el español ha jugado este año en Melbourne. El tenista de Niza corrió y corrió sin parar, haciendo que el número uno pusiese todo el peso en la bola, para esperarle a la contra y enviarle misiles después. Y en esa estrategia se desarrolló el encuentro, disputado con el techo cerrado en la Rod Laver Arena, a pesar de que comenzó a las 19.30 hora local (9.30 hora peninsular española), porque afuera la temperatura era insoportable y la regla del calor extremo se había puesto en práctica por primera vez a media mañana, al finalizar el primer set del partido entre la rusa Svetlana Kuznetsova y la estadounidense Serena Williams.

Nadal perdió su saque en tres ocasiones, pero al ir casi siempre por delante no le costó devolver la moneda a su rival casi a continuación y romperle en siete ocasiones. Simon, que le venció el pasado año en Madrid, incomodó demasiado su juego y llevó al número uno del mundo a intercambios interminables, para intentar su fallo. Pero al final la suma de errores no forzados pesó más en el bando del francés, 41 por 24 de Nadal, que se colocó en semifinales sudando más que en las rondas anteriores, pero con la misma confianza.

Tsonga, un juguete en manos de Verdasco

Antes, Verdasco había exhibido talento y fuerza para doblegar a Tsonga, un paso de gigante que confirma que cree cada vez más en sí mismo, gracias a un potente servicio, a unas piernas aceradas y a una cabeza siempre en su sitio que le permite no ahogarse por más que el peligro asome. La confirmación de su juego le ha llegado en el primer enfrentamiento contra Tsonga, finalista el pasado año, que se agarró a la pista con uñas y dientes para defender los puntos obtenidos en el 2008 aquí. Fernando no se amilanó ante la beligerante figura del francés, verdugo de Rafael Nadal en las semifinales anteriores, y basando su juego en un servicio excepcional logró su mejor resultado en un 'Grand Slam'.

'Fer' es ya el sexto español que ha logrado las semifinales en el Abierto de Australia tras Juan Gisbert, Andrés Gimeno, Carlos Moyá, Juan Carlos Ferrero y Rafael Nadal. Los tres primeros han sido los únicos que han alcanzado la final aquí, con Gisbert (1968), Gimeno (1969) y Moyá (1997), pero en el palmarés no figura raqueta hispana alguna como campeón. Mucha culpa de que Verdasco ocupe ahora ya un puesto en semifinales se debió al saque, con el que anotó siete directos, el último para cerrar el partido. Tsonga sólo logró romperle dos veces y tuvo 13 ocasiones, mientras que Verdasco fue más certero, al confirmar cuatro de cuatro.

También con el techo de la central cerrado, Verdasco se adaptó perfectamente a esta nueva circunstancia, mientras que Tsonga pareció más dubitativo que el español. El banquillo del francés tuvo "overbooking" con su entrenador Eric Winogradsky y las viejas glorias, Guillermo Vilas, Henri Leconte y Manshour Bahrami. Pero los mensajes desde allí no funcionaron para el jugador de Le Mans, un juguete en las garras de Verdasco.

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