Francia y España llegaban al choque de cuartos temiéndose mutuamente, pero poco tardó el equipo de Sergio Scariolo en sacudirse el "miedo". No importó que Jorge Garbajosa tuviera ya dos faltas personales en el primer minuto de juego, porque dos triples de Rudy Fernández cortaron de raíz la única ventaja gala en el marcador durante todo el choque.
A base de triples y con una gran defensa, la selección española se fue yendo en el marcador. Ricky Rubio anuló a Tony Parker, la estrella gala, y el resto del equipo se dedicó a recuperar balones que inmediatamente fueron transformados en puntos. Al final del primer cuarto, España ya ganaba por diez puntos de diferencia, 15-25, lo que hacía presagiar que la cosa funcionaba.
En el segundo periodo, Francia intentó recortar diferencias, pero de poco le sirvió, porque Pau Gasol se confirmó como el líder del equipo español, el encargado de conducirlo hasta la victoria y, por qué no, hacia el oro si todo sigue así.
Parker y Diaw dieron algún signo de vida hasta el minuto 17. Para entonces Francia ya estaba herida de muerte y los españoles lo sabían. Al descanso, la ventaja de los de Scariolo era de quince puntos (32-47).
Tras el descanso, Parker dio nuevas evidencias de que no era su día, mientras que la selección española siguió jugando a placer. Conforme las opciones se diluían, Francia empezaba desesperarse. El tiempo jugaba ya a favor de España, que esperaba para que el logro fuera adquiriendo consistencia. Cada ataque, cada defensa, era un paso más hacia semifinales. Con Pau al frente, España hacía las distancias insalvables justo antes de la conclusión del tercer cuarto, periodo que acabaría con la máxima diferencia en el marcador (52-73).
Con España veinte arriba en el marcador, Francia se mostró desquiciada. La imagen de Tony Parker en el banquillo mientras sus compañeros fallaban ocasión tras ocasión, desterraba cualquier posibilidad de remontada. Sin embargo, el equipo galo protagonizó un conato de reacción con 63-75 en el marcador, a falta de poco más de cinco minutos. Por suerte para España, todo quedó en una falsa alarma. Nadie en el equipo español perdió los nervios, y el sábado Turquía o Grecia -que este viernes disputan el cruce de cuartos- serán el siguiente escollo de la selección en su camino hacia el oro continental.