El suizo Roger Federer, cuatro veces campeón del Abierto de Australia (2004, 2006, 2007 y 2010), ha conseguido ante su compatriota Stanislas Wawrinka el triunfo más fácil hasta el momento en el primer Grand Slam del curso, por 6-1, 6-3 y 6-3, para alcanzar las semifinales por séptimo año consecutivo. Wawrinka nunca inquietó el servicio de Federer. Sólo dispuso de una opción en todo el partido, pero no la aprovechó. Su resistencia fue menor que la del español Tommy Robredo y, sobre todo, que la del francés Gilles Simon. Al final, el número dos del mundo solventó el encuentro en una hora y 47 minutos
El de Basilea necesitaba choque de trámite después de los sobresaltos que ha padecido en la primera semana, y lo ha encontrado ante un adversario resignado a su condición de número dos de Suiza, a las sombras del relumbrón que genera permanentemente su paisano. Desperdició Wawrinka la ocasión de deshacerse del complejo. Sólo ha podido ganar una de las siete veces que ha jugado con el vigente campeón, en tierra hace dos años.
El primer duelo entre suizos en los cuartos de final de un Grand Slam no tuvo color. Wawrinka, que afrontaba el duelo con nueve victorias consecutivas en 2011, asumía su suerte casi antes de saltar a Rod Laver arena. La vigésima octava victoria seguida en un Grand Slam de Federer –registro que supera el marcado por el estadounidense Jimmy Connors– mantiene su impecable trayectoria desde la Copa Masters de Londres. Ganó en la capital británica y también en Doha.
Djokovic arrolla a Berdych
Ahora en su camino se cruza el serbio Novak Djokovic, tercer favorito y que regresa a las semifinales del Abierto de Australia, a las que faltó en los dos últimos años, tras superar al checo Tomas Berdych por 6-1, 7-6 (5) y 6-1 en sólo una hora y media. Djokovic, campeón del torneo en 2008 –es su único título de Grand Slam hasta el momento–, transita con paso firme en las pistas del Melbourne Park. No ha cedido set alguno durante el torneo y tiene entre ceja y ceja ampliar su relación de majors.
Al checo, que no ha podido pasar de cuartos de final en el primer grande del curso, le tembló el pulso en los momentos importantes. Tras ser arrollado en el primer parcial por el serbio, se situó con 4-1 en el segundo. Bajó su nivel y Djokovic, que requirió a su equipo un colirio para paliar unos problemas de visión, acentuó la presión para enmendar la pérdida de su saque y reconducir el partido.
El finalista del último Wimbledon fue incapaz de sobreponerse a la losa de dos sets en contra. Pidió la presencia del médico de pista para enmendar unas molestias en el tobillo derecho y regresó a la pista resignado a asumir su suerte.