Reducir las ayudas a los pilotos es una de las grandes obsesiones de la gran mayoría de los jefes de las escuderías de la Fórmula Uno. La clave está en recortar las ayudas por radio y la imposición de salidas manuales con el objetivo de darle el control absoluto del monoplaza a los auténticos protagonistas, los pilotos, e ir dotando de más espectáculo y hacer más interesantes las carreras.
Una de las ayudas que se ha suprimido desde el Gran Premio de Bélgica que se disputa este fin de semana, es el control en la salida. Se suprimen las ayudas electrónicas al piloto en la salida de la carrera.
Además, en Spa entra en vigor la limitación de información desde el muro de los ingenieros. La FIA hizo pública una lista de 31 normas con las restricciones en las comunicaciones por radio. Hacen referencia a la prohición de indicar cualquier problema del coche, de los rivales, de las condiciones de la pista, de los tiempos del rival, de la estrategia que se va a seguir, de las vueltas que faltan y un largo etcétera.
Se trata de que las carreras se dirijan desde la pista, contando con elementos como la pericia e intuición del piloto, y no desde los garajes.
La FIA tiene claro que debe dar un impulso al entretenimiento en el Circo de la Fórmula Uno y ya se preparan varias medidas para la próxima temporada. Entre las propuestas que se manejan, nos encontramos con la introducción de unos neumáticos más grandes, la vuelta a los repostajes o una apariencia más agresiva de los monoplazas.
Mientras que las cuestiones que afectan a los neumáticos y el aspecto de los monoplazas podrían recibir luz verde, la vuelta a los repostajes tiene pinta de que será desechada, tras las numerosas criticas que está suscitando en el entorno de la F1.