Lewis Hamilton es un hombre feliz. Este domingo hizo historia en México, convirtiéndose en el el piloto británico con más títulos mundiales de Fórmula Uno, superando así a Jackie Stewart, e igualando a Sebastian Vettel y Alain Prost.
Estaba eufórico el inglés en el Autódromo Hermanos Rodríguez y aprovechó la celebración de su cuarto Mundial para lanzar una serie de dardos envenenados, entre ellos a su examigo y campeón mundial el año pasado, el alemán Nico Rosberg.
"Obviamente podría ir a lo fácil, como hizo Rosberg, y retirarme con este cuarto título, pero creo que hay más en mí, más por llegar, más retos y momentos más duros por delante. Eso me encanta", decía Hamilton.
Pero el piloto británico, de 32 años, también se acordó hasta de sus profesoras del colegio a la hora de festejar el título: "Decían que nunca iba a lograr nada. Me pregunto qué dirán cuando vean las noticias (...) Espero que esto sea un testimonio de que las cosas se pueden hacer desde la nada. No hay que rendirse".