Copiando el modelo del fútbol italiano, Ángel María Villar quiere que la Supercopa de España se dispute en China -casi con total probabilidad en Pekín- a partido único desde 2013. Una idea que puede aprobarse este mismo lunes en la Junta Directiva de la Federación Española de Fútbol (RFEF).
Sin embargo, la idea de Villar cuenta con el rechazo de plano del Real Madrid y el Barcelona, clubes que se han enfrentado en las dos últimas ediciones de la Supercopa -el título ha sido este año para los blancos y en 2011, para los culés-. Las entidades presididas por Florentino Pérez y Sandro Rosell entienden que jugar en China, con un viaje tan largo, supone un gran trastorno en el comienzo de la temporada.
También está el tema económico, pues los clubes dejarían de ingresar un buen dinero por la taquilla. De hecho, el Barça se embolsó seis millones de euros por el partido de ida en el Camp Nou, el pasado 23 de agosto (3-2), mientras que el Madrid obtuvo 4,5 millones por la vuelta jugada seis días después en el Santiago Bernabéu (2-1). Unas cifras que distan mucho de los dos millones de euros que garantiza la Federación a los equipos por jugar en China.
Mientras tanto, Villar se mantiene en sus trece. Entiende que la Supercopa de España es una competición que no acaba de convencer al aficionado -a excepción de las dos últimas temporadas al haberse enfrentado Madrid y Barça- y por ello se la quiere llevar a un mercado tan atractivo y grande como el chino, después del acuerdo alcanzado con la empresa United Vansen International Sport. Sin olvidar, claro está, todo el dinero que reportará a las arcas de la RFEF: 37 millones de euros.
Cabe recordar que, aunque la idea salga hoy adelante en la Junta Directiva, aún debería ser aprobada por los clubes y en la Asamblea General de la Federación Española.