El Levante ha debutado en una fase final de competición europea con un sufrido triunfo por la mínima ante el Helsingborgs sueco, en un encuentro que permite al equipo valenciano liderar su grupo en la Liga Europa, tras el empate entre el Hannover y el Twente.
El encuentro fue muy discreto, con un Levante que no firmó un gran partido ante el rival teóricamente más débil del grupo, pero que fue capaz de sumar los tres primeros puntos en la competición, que era el gran objetivo.
El juego transcurría con gran igualdad hasta que en el tramo final del primer acto, el Levante consiguió meter al equipo sueco en su parcela a base de casta. El gol llegó en una jugada a balón parado, tras sacar Míchel con rapidez una falta en el vértice del área que aprovechó Juanfran para batir a Hansson con un potente disparo cruzado.
En la reanudación, el Levante cedió el dominio a los suecos, que disfrutaron de varias oportunidades para firmar el empate, pero sin fortuna.
Batacazo del Athletic
Por el contrario, el Athletic, último finalista de la competición, tuvo un mal estreno al ser incapaz de imponerse en casa a un débil Hapoel Kiryat Shmona, que hizo bueno el tempranero tanto de Lazslo Lencse. Era el minuto 13, y ese gol condicionó el resto del encuentro.
Lo intentó el conjunto de Bielsa, pero la falta de suerte impidió la reacción. Logró, al menos, rescatar un punto gracias al tanto de Markel Susaeta poco antes del descanso. Pero en la segunda mitad, en la que se esperaba la remontada, y en la que el conjunto vasco la buscó con ahínco, faltó precisión de cara a portería.
Incluso Llorente, que volvió a San Mamés con más aplausos que pitos, gozó de varias oportunidades para convertirse en el salvador del equipo, pero hay noches en las que el balón no quiere entrar, y hoy el Athletic vivió una de ellas.