La vinculación del Fútbol Club Barcelona con el independentismo catalán, bien por medio del equipo, bien por medio de la afición, bien por medio de Sandro Rosell, bien por medio de Pep Guardiola, está más de moda que nunca. Pero no se trata de ninguna novedad. De hecho, hace más de 90 años que ambos conceptos van unidos de la mano.
Y es que, según un reportaje publicado este sábado por La Vanguardia, fue ya en los años 20 cuando se inició esa relación, aprovechando el crecimiento espectacular a nivel de aficionados que estaba viviendo el Barcelona, gracias sobre todo a los títulos que comenzaba a conquistar.
Precisamente fue después de que el conjunto azulgrana se proclamara campeón de la Copa de España en 1922 cuando se produjo el primer episodio. En el regreso de los jugadores se congregaron más de 20.000 personas para celebrar el triunfo. Al ser recibidos por el alcalde de la ciudad, entonces Ferran Faañadía, éste lanzó una clara proclama independentista y antiespañola.
"El griterío de protestas e insultos que ha levantado este triunfo es una prueba más de la tirria anticatalana, pero más vale ganar entre gritos de ira que perder entre halagos. Cuanto más chillen allí, más cerca estaremos de nuestra victoria definitiva. Un día la batalla es a golpe de balón; otro día pueden ser otro tipo de golpes".
Sólo una semana después el Barcelona estrenaba un nuevo estadio, Les Corts. Pero la curiosidad radicó en el boceto que se había presentado unos meses antes. En él aparecía, en lo más alto, una bandera independentista catalana, y justo abajo otras banderas entre las que no se encontraba la de España.
Desde ese momento, el Barcelona se convirtió en uno de los principales símbolos del catalanismo independentista, hasta tal punto que el club fue sancionado por batallas campales, e incluso el estadio, Les Corts, tuvo que ser cerrado por incidentes y silbidos al himno de España.