El primer examen del español Rafa Benítez al frente del Chelsea, el duelo de la liga inglesa ante el Manchester City en Stamford Bridge, terminó con empate a cero tras noventa minutos en los que los blues crearon pocas ocasiones de gol y los citizens no supieron definir las suyas.
Con Fernando Torres como referencia en el ataque, y tras disparar una sola vez al arco durante el duelo, el Chelsea, líder de la Premier hasta hace tres semanas, dio un nuevo paso atrás en la tabla y se quedó en cuarto lugar, a cinco puntos del Manchester United. El City, por su parte, perdió la oportunidad de recuperar el liderato que ayer le arrebataron los "diablos rojos" al vencer por 3-1 al QPR.
El partido arrancó con pitos a Rafa Benítez en su debut en el Chelsea, así como varias pancartas contra el técnico español y en defensa de Di Matteo, recientemente despedido como entrenador del conjunto londinense.
Benítez repitió con el 4-2-3-1, destacando la vuelta del Niño Torres, que se quedó en el banquillo ante la Juventus y que hoy volvía a estar en punta, con su compatriota Juan Mata, el brasileño Oscar y el belga Eden Hazard dispuestos a nutrirle de balones.
Los primeros minutos del fueron de domino del City, que presionaba en la zona de medios y se mostraba más preocupado que los locales por mantener la posesión del balón. Los blues acertaban a desactivar los amagos del City por acercarse al área de Petr Cech y se jugaban sus opciones a la contra, pero los intentos de Mata por conectar con Torres resultaban infructuosos.
En una tarde desapacible en la capital británica, el City cerró la primera parte con cuatro oportunidades desaprovechadas para adelantarse en el marcador por apenas una de los locales.
En las gradas de Stamford Bridge, algún aficionado insistía en levantar durante el descanso carteles en contra de Benítez, extécnico del Liverpool, cuya llegada al banquillo blue ha sido criticada por un sector de la afición que aún le ve como un entrenador rival.
A pesar de los intentos por parte de ambos equipos de acercarse a las áreas rivales en el último tramo el partido, la igualdad en el marcador fue inamovible durante una segunda parte que concluyó con tímidos pitidos en las gradas de Stamford Bridge.