El sorteo de la Champions League no ha sido del todo afortunado con el Real Madrid. En realidad, el Manchester United no era el peor rival que le podía tocar; eso es lo que tiene quedar segundo de grupo. Sin embargo, las fechas sí que han sido nefastas para los blancos.
Y es que el encuentro de vuelta, en Old Trafford, se disputará sólo tres días después de que en el Bernabéu se juegue el Real Madrid–Barcelona. Algo similar a lo que sucedió el año pasado con las semifinales. Y todos sabemos cómo terminó la cosa.
Pero el asunto podría ser aún peor si el Real Madrid consiguiera clasificarse para las semifinales de la Copa del Rey, y el Barça hiciera lo propio. Porque ambos conjuntos se medirían en la ronda previa a la final, poco antes del clásico, y durante la eliminatoria de octavos de la Champions League.
Es decir, de darse tal situación, que para nada es descabellada, el Madrid jugaría el miércoles 20 de febrero en casa ante el Manchester United; el 27 de febrero, después de visitar Riazor, el encuentro de vuelta de la Copa del Rey ante el Barcelona; el 2 ó 3 de marzo el encuentro de Liga ante los azulgrana en el Bernabéu; y el 5 de marzo, el partido de vuelta de la Champions League, en Old Trafford.
En definitiva, 15 días muy, muy duros, en los que el conjunto blanco puede jugarse la temporada entera. Incluso tirarla a la basura. Por el bien del fútbol y del Real Madrid, que no sea así. Deberá andarse con cuidado.