No hay margen de error. España se medirá a Francia el martes en París con la obligación de ganar si quiere terminar primera de grupo la fase de clasificación del Mundial 2014. De lo contrario, deberá conformarse, como mucho, con la repesca. Y no es la selección gala precisamente la más indicada para jugársela. Al menos, así lo indica la historia.
Más allá de que la selección española nunca ha conseguido ganar un encuentro oficial en la capital francesa -sí en un amistoso disputado hace ya tres años- los duelos entre Francia y España tradicionalmente se han decantado del lado bleu. Aunque en el último, en la pasada Eurocopa, los de Del Bosque pasaron por encima de los galos.
Una final inolvidable, por desgracia
De infausto recuerdo para el aficionado español, por mucho que hayan pasado ya casi 30 años, fue el duelo entre Francia y España en la final de la Eurocopa de 1984, disputada en el Parque de los Príncipes de París.
Los hombres de Miguel Muñoz se habían convertido en la gran revelación del campeonato. Primero, por cómo llegaron al mismo, tras el histórico 12-1 a Malta en la fase de clasificación; y segundo, por el inmenso torneo que estaban llevando a cabo. Eliminó a Alemania en la primera fase de manera heroica, con un gol en el añadido, y en semifinales se deshizo de Dinamarca en la tanda de penaltis.
Esperaba Francia en la final de la Eurocopa, de su Eurocopa. Y las alegrías españolas se convirtieron en desconsuelo por el incomprensible error de Arconada en la falta lanzada por Platini, que supuso el 1-0 para los galos. A remolque, España ya no pudo reaccionar, y terminó cayendo por 2-0. Una manera terrible de terminar una de las mejores competiciones en la historia del fútbol español, y de recordar a uno de los mejores guardametas que jamás hemos visto.
Del penalti de Raúl a la 'retirada' de Zidane
Igual de inolvidable continúa el penalti fallado por Raúl contra Barthez. Era la Eurocopa del 2000. Cuartos de final, en Bélgica. Es la Francia de los Zidane, Djorkaeff, Henry, Blanc o Desailly, la campeona del mundo del 98, y a la postre también. de aquél europeo. Se llegaba con 2-1 para los galos al ocaso del encuentro, cuando un infantil penalti del meta francés sobre Raúl González disparó las posibilidades de la selección de acudir a la prórroga. Fue el siete quien se dispuso a lanzar el penalti, lanzando el balón a las nubes y, con él, todas las ilusiones españolas.
El siguiente gran duelo se produjo en el Mundial de Alemania. España llegaba a los octavos de final tras brillar en la fase de grupos. Francia, por el contrario, no convencía, en lo que parecía la decadencia de la generació de oro gala. Tanto, que la prensa española se animó a enterrar a Zinedine Zidane antes de tiempo. Y como suelo suceder en esos casos, el astro francés se rebeló.
Con una brillante segunda mitad, la selección francesa se impuso por 3-1, remontando el tanto inicial de David Villa. Ribery, Vieira y el propio Zinedine Zidane se encargaron de dejar en la cuneta a la selección española.
Las cosas cambian
El último gran duelo vivido entre ambas selecciones se disputó en la pasada Eurocopa de Polonia y Ucrania. Fue en Donetsk, en partido correspondiente a los cuartos de final. Y los de Del Bosque pasaron por encima de una Francia desdibujada, en lo que era el camino del segundo europeo consecutivo conquistado por los nuestros. Curiosamente fue Xabi Alonso quien, con dos tantos, se encargó de sellar la victoria (2-0). Es, hasta hoy, la única victoria de España sobre Francia en una competición oficial.
El último partido oficial, ya saben, fue el que se jugó en el Calderón en octubre del año pasado, con el empate a uno fruto de la relajación de España en los instantes finales. Tras dominar claramente durante los 90 minutos, Francia consiguió el empate en el 94 tras un error infantil de Fàbregas primero y Juanfran después, culminado por Giroud.
Vistos los precedentes, pues, no parece que sea Francia la mejor invitada para que España se juegue su futuro en el Mundial de Brasil 2014. En los otros tres partidos de competición en que se enfrentaron, los galos se impusieron en dos (ambos en la fase de clasificación para la Eurocopa de 1992, 3-1 en París y 1-2 en Sevilla) y empataron en otra, en la Eurocopa de 1996 (1-1). El balance para la selección española es, por tanto, de una victoria, dos empates y cinco derrotas en ocho encuentros oficiales.
Eso sí, por primera vez y a diferencia de lo que solía ocurrir tradicionalmente, España llega a este gran duelo como vigente campeona del mundo y de Europa. Y eso, más allá del respeto que impone, obliga a confiar en esta selección. ¿Quién si no ha hecho más merítos en los últimos años? Pues eso. Toca ganar en París.