Francia renunció a la persecución de España y no pasó del empate a cero en el duelo contra Georgia en Tiflis, lo que complica todavía más las opciones de la selección de Didier Deschamps de lograr la primera plaza del grupo I.
A falta de dos encuentros para que acabe la fase, Francia demostró que es un equipo en horas bajas y que tiene problemas para ganar incluso a selecciones tan débiles como la georgiana. Los bleus pueden incluso tener problemas para ser uno de los mejores segundos, lo que les daría derecho a disputar la repesca y conseguir así el billete para el Mundial de Brasil.
Mucho tendrá que cambiar la fisonomía de la selección gala, a cuatro días de visitar a Bielorrusia, teóricamente la selección más débil del grupo y la penúltima oportunidad de acercarse a España, que dio un paso más para lograr el primer puesto del grupo.
Francia ofreció una imagen de impotencia, reflejo de las cifras que viene acumulando. La selección de Didier Deschamps, en su versión más ofensiva, con Benzema y Giroud en punta, apenas pudo crear ocasiones contra un disciplinado bloque georgiano al que le bastó el orden para desarbolar a los bleus. Acumula ya Francia 479 minutos sin perforar la portería rival y su último tanto lo había conseguido Ribéry precisamente contra Georgia.
Pero no se pudo repetir la historia. La selección gala se mostró inoperante, apenas se procuró ocasiones y vio cómo una selección tan modesta como la georgiana le creaba problemas en los contragolpes. Todas las miradas se fijan en Karim Benzema, considerado el principal responsable de la sequía goleadora francesa, puesto que pese a ser el titular del ataque, lleva ya 1.217 minutos sin celebrar un tanto.
Ni siquiera el refuerzo de Giroud en el ataque pareció ayudarle. El delantero del Real Madrid se marchó a la hora de juego con dos disparos a portería, uno de ellos entre los tres palos. Dejó su puesto a Gignac en un gesto de Deschamps que probaba que su paciencia con el madridista comienza a agotarse. A imagen de Benzema, Francia se bloqueó. El equipo no funciona y, pese al dominio territorial evidente durante toda la primera mitad, apenas creó ocasiones. Ribéry fue el único que lo intentó por la banda izquierda, pero el aporte del mejor jugador de Europa fue demasiado poco.
En el inicio de la segunda mitad el guión cambió. Georgia salió ambiciosa y sacó los colores de una Francia que tampoco funciona bien en defensa. Okriashvili dispuso incluso de una ocasión para adelantar a su equipo, pero Lloris primero y el poste después le privaron del premio.
Francia tembló y los nervios le atenazaron todavía más. Se marchó Benzema y ni la entrada de Gignac, ni la postrera de Nasri, un jugador que volvió a la selección tras ser apartado por Deschamps, cambiaron el marcador. En los últimos minutos Francia lo intentó a la tremenda, pero tampoco tuvo puntería. Gignac y Giroud dispusieron de buenas ocasiones, pero el balón no quiso entrar.