Lo que empezó siendo un apuro diplomático por jugar en el país en el que gobierna con mano de hierro el dictador Teodoro Obiang, terminó por convertirse en un choque en el que la selección española salió indemne ante la dureza del combinado de Guinea Ecuatorial. Cazorla y Juanfran dieron el triunfo al equipo de Del Bosque, que puso fin a un amistoso demasiado marcado por factores externos al propio deporte.
Con la ausencia de Obiang en el estadio -para evitar aprietos mayores a la delegación española- los guineanos recibieron con un enorme ambiente a un conjunto español en el que el seleccionador apostó por la juventud con tres campeones de Europa Sub-21 (Alberto Moreno, Íñigo Martínez y Marc Bartra). Koke y Xabi Alonso se encargaron de llevar el timón en el centro del campo, junto a Mata y Cazorla, y España decidió tomarse el amistoso con el interés suficiente para poner intensidad desde el primer minuto.
El balón empezó a correr con velocidad desde el primer momento del choque y el equipo español no tardó en encontrarse cómodo sobre el rápido césped de Malabo. Lo estuvo aún más cuando descubrió la endeblez defensiva de su rival y, especialmente, de su portero. Navas y Juanfran, cada vez más compenetrados, hicieron de la banda derecha un puñal constante, que los guineanos nunca supieron cómo contrarrestar. A los problemas defensivos, el equipo de Goikoetxea añadió las indecisiones de Danilo.
Exceso de dureza
No hubo que esperar demasiado para que el brasileño nacionalizado guineano fuese incapaz de atajar un centro blando desde la banda y dejase el balón muerto en el área para que marcase Cazorla. España tenía ventaja en el marcador y la posesión del balón, pero el partido se volvió más descontrolado de lo habitual. La presión guineana y la excesiva relajación visitante permitió a los africanos encontrar uno de los mayores puntos débiles del equipo español, el juego aéreo. Y en un córner botado desde la banda derecha, Bermúdez conectó libre de marca un cabezazo perfecto para batir a Reina.
La locura por el empate acabó por traducirse en un exceso de dureza por parte de los guineanos. Fidjeu tomó el protagonismo y, primero, derribó en una fuerte entrada a Íñigo Martínez, luego vio la cartulina amarilla por una falta aún peor a Alberto Moreno y, antes del descanso, completó su actuación con otra acción desproporcionada que envió a Xabi Alonso (fue sustituido por Busquets) a la enfermería, con una fuerte contusión en el tobillo izquierdo.
El ritmo de la primera parte se vino abajo con los numerosos cambios de la segunda mitad y los jugadores españoles optaron por echar el freno de mano ante la dureza local. Aún así, Llorente y Navas pudieron ampliar la ventaja visitante hasta que Mbele se sumó al juego duro y fue merecedor de la expulsión por otra violenta entrada sobre el delantero de la Juventus. España entendió que el partido estaba acabado y decidió ponerse a pensar en salir indemne del criticado amistoso de Malabo y en el regreso a Sudáfrica, el país donde el 11 de julio de 2010 ganó la estrella de campeones del mundo.
Ficha técnica
Guinea Ecuatorial: Danilo; Carlos Akapo, Mbele, Bermúdez, Sipo; Juvenal (Belina, m.89), Ellong (Ferreira, m.82); Nsue (Bodipo, m.86), Balboa, Iván Bolado (Dio, m.46); y Fidjeu (Valeriano, m.61).
España: Reina; Juanfran, Bartra, Íñigo Martínez (Sergio Ramos, m.80), Alberto Moreno; Xabi Alonso (Busquets, m.43), Koke (Iniesta, m.57), Cazorla (Villa, m.58); Navas (Pedro, m.66), Mata y Negredo (Fernando Llorente, m.46).
Goles: 0-1, m.13: Cazorla. 1-1, m.36: Bermúdez. 1-2, m.42: Juanfran.
Árbitro: Ela Esono (GUI). Amonestó a Fidjeu (30), Ellong (50) y Mbele (74) por Guinea Ecuatorial.
Incidencia: partido amistoso disputado en el Nuevo estadio de Malabo ante 13.500 espectadores.