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Participa en su cuarto filme

Cantona, de futbolista díscolo a semental de película

El polémico exjugador francés ha decidido compaginar su carrera como actor con la dirección deportiva.

El polémico exjugador francés ha decidido compaginar su carrera como actor con la dirección deportiva.
Eric Cantona se ha pasado al cine. | Cordon Press

La polémica siempre anduvo ligada a Eric Cantona. Hablar de él significa recordar a aquel futbolista capaz de poner en pie a Old Trafford y causar la admiración de todo el mundo y, a la vez, levantar el rechazo más absoluto entre la afición. Dieciséis años después de haber abandonado el fútbol, el francés sigue demostrando una capacidad innata para que todo el mundo hable de él.

Considerado como uno de los mejores futbolistas franceses de toda la historia, su carrera podría resumirse en un historial de talento y polémica escrito a partes iguales. Nacido en la cantera del Auxerre, no tardó en despuntar en el fútbol francés. Pasó por algunos de los grandes equipos galos, como el Olympique de Marsella y el Girondins de Burdeos, pero sus explosiones de violencia terminaron con la paciencia de todos sus entrenadores.

Su enorme calidad le llevó a debutar en primera división con 17 años en el Auxerre. A los 21, ya era internacional francés, con su característico cuello de la camiseta levantado, pero su carácter puso freno a su carrera. En 1988, la liga francesa lo sancionó con tres meses de suspensión por una entrada a un rival. Un año después, insultó en una entrevista en televisión al seleccionador francés, Henri Michel, y fue apartado del equipo nacional. Ese mismo año, volvió a ser suspendido por la liga por lanzar el balón a la grada y tirar su camiseta cuando fue sustituido en un amistoso. Con su carrera en pleno declive, en 1991 volvió a ser portada en la prensa por propinar un pelotazo al árbitro e insultar al comité de disciplina, lo que le costó dos meses de castigo. A los 25 años, quería dejar el fútbol.

La agresión más recordada

Pero en 1993 decidió darse la última oportunidad y probar en el fútbol inglés. Aquella decisión cambió su vida. Fichó por el Leeds, con el que ascendió a la Premier League y su rendimiento llamó la atención de Sir Alex Ferguson, que concretó su fichaje por el Manchester United. El técnico consiguió contener su carácter y en los Diablos Rojos disfrutó de sus mejores años como futbolista. En cuatro años, se convirtió en un ídolo en Inglaterra, marcó 53 goles y ganó la Premier League.

Todo se empañó en 1995 en uno de los episodios más recordados de la historia del fútbol. Cantona fue expulsado en un partido contra el Crystal Palace y, mientras caminaba por la banda para abandonar el campo, saltó a la grada para propinar una patada y varios puñetazos a un aficionado que lo había insultado. Fue condenado a diez días de prisión, aunque solo cumplió uno, lo sancionaron 10 meses, fue castigado por su club y nunca más volvió a la selección. Aquel día su carrera entró en declive y, a los 31 años, decidió retirarse.

Con su fama por los suelos, decidió dedicarse al fútbol playa. Pronto las firmas comerciales descubrieron su enorme poder de atracción y convocatoria y se convirtió en protagonista de sonados anuncios. Transformado en actor, el fútbol fue sustituido por la interpretación, donde ha demostrado que su vida se resume en la capacidad de reinventarse y no dejar nunca indiferente a nadie. En su último papel, se transforma en un semental en la sonada película francesa Les Rencontres d'après minuit.

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