El encuentro entre el Racing de Santander y el Compostela, correspondiente a la jornada 27 del Grupo I de la Segunda B, se desarrollaba con tranquilidad hasta que, transcurrido el minuto 60, el colegiado solicitó la entrada de las asistencias.
El árbitro madrileño López Puerta sufió una lesión muscular que le hizo detener el juego. Tras ser atendido, trató de probar para ver si podía continuar pero su estado le impedía dirigir el partido. Al tratarse de un partido de Segunda B, en el que no hay cuarto árbitro y con el colegiado visiblemente mermado, no quedó más remedio que solicitar por megafonía si en la grada había algún árbitro colegiado.
López Puerta había intentado incluso continuar como juez de línea, pero le era imposible correr. A la llamada por megafonía respondió Juan José Leiva Zubillaga, árbitro del Grupo 3 de Tercera División, que finalmente ocupó la posición de linier y permitió que el partido pudiese completarse con un retraso de más de 12 minutos.