Determinar quién inventó realmente el remate de chilena es realmente complicado. Principalmente, porque poco queda registrado de aquel fútbol primitivo de finales del siglo XIX y principios del XX. Aunque una teoría predomina por encima del resto...
Uno de los futbolistas a los que tradicionalmente se ha atribuido la invención del remate de chilena ha sido el italiano Silvio Piola. Considerado por todos uno de los mayores talentos que ha ofrecido nunca el calcio –sobre todo tras su exhibición en el mundial de 1938-, es el tercer máximo goleador en la historia de la selección italiana, sólo por detrás de Gigi Riva y Giuseppe Meazza, y el máximo goleador de la historia de la Serie A, con 274 goles.
En Europa se le consideró durante mucho tiempo como el inventor de tal acrobacia, al efectuar en diversas ocasiones a principios de los años 30 el complicado remate, inaudito en el Viejo Continente. Pero como veremos a continuación, no es así. No obstante, debió de ser uno de los primeros, pues entonces era un recurso sólo apto para los más privilegiados, entre los que sin duda se encontraba Piola.
También a Leónidas da Silva, el diamante negro, un excelente delantero brasileño, se le ha atribuido la autoría. En Brasil se afirma que realizó la primera chilena durante un partido amistoso de la seleçao en 1932. Pero la sentencia cae por su propio peso cuando descubrimos que años antes ya se realizaba el acrobático remate.
Y es que el inventor de la chilena fue un español. Sí, un español. Vasco, más concretamente. Ramón Unzaga Asla nació en Bilbao en 1894. A los doce años emigró junto a sus padres rumbo a Chile, y practicó natación y diversas disciplinas de atletismo, lo que le proporcionó una forma física espectacular. Estudió contabilidad, y comenzó a trabajar en las minas de carbón de Schwager, la empresa nacional del carbón chileno. Y ahí entró en contacto con el fútbol.
Pronto llamó la atención por su poderío físico, y cuando adoptó la doble nacionalidad, a los 18 años, comenzó a jugar para diversos clubs semiprofesionales chilenos. Y se afirma que en uno de ellos, en el Escuela Chorera, realizó por primera vez dicho remate acrobático. Entonces, se denominó chorera, por el equipo.
Pero fue en los Campeonatos Sudamericanos, en los que representó a Chile, cuando realmente su habilidad se dio a conocer. Tras realizar en diversas ocasiones el remate, la prensa internacional –sobre todo la argentina, que es donde se disputaba el torneo- quedó asombrada, y pasó a denominar la acrobacia como chilena.
Tampoco fue sencillo. Como él mismo afirmaría en un diario chileno, "en dos ocasiones el árbitro me cobró falta por un salto de lujo que daba a fin de rechazar la pelota (era mediozaguero) alegando que fouleaba al jugador contrario del Río. Este mismo jugador se aprovechó de mi jugada y el árbitro me cobró para colmo a mí la falta. Me vi obligado a observarle al árbitro su error, alegándole que reconocidos jueces no me la habían penado. Siguió después un cambio de palabras que trajo por resultado la orden del Sr. Beitía (el árbitro) para que abandonara la cancha. Me negué a salir de la cancha para arreglar cuentas. Lo hice y al lado afuera de élla tuve con el señor Beitía un cambio de bofetadas".
Poco después, y por la imitación de futbolistas sudamericanos, la jugada se expandió por todo el planeta, pero siempre conocida como chilena. En todo el mundo, excepto en Perú, donde la llaman chalaca. ¿Por qué? Porque ellos afirman que fue en el puerto peruano de Callao, donde desembarcaba mucho marinero inglés, donde nació ese remate acrobático ya a finales del siglo XIX. Entonces eran frecuentes los partidos amistosos para entretenerse entre los británicos y los chalacos, peruanos de origen africano habituales en el barrio, y fueron estos, afirman en Perú, quienes, con sus cuerpos atléticos, realizaron por primera vez el remate.
Como quiera que esto es improbable de demostrar de manera oficial, y sí la irrupción del español Ramón Unzaga, éste quedará para siempre como el inventor de la chilena. De hecho, se afirma que la primera que realizó fue en el Estadio El Morro, y éste ha sido recientemente rebautizado como Estadio Ramón Unzaga; y una estatua del futbolista vasco preside la entrada. Una estatua en la que, por supuesto, realiza una chilena. La primera en un partido de fútbol oficial.