Era su momento. Si acertaba, el billete para Maracaná estaba más cerca...y lo hizo. Previamente, había recibido el ánimo de todos sus compañeros y una chuleta por parte del cuerpo técnico, que repasó antes de cada disparo. Romero atajó dos balones durante la tanda de penaltis ante Holanda. Uno a Vlaar, que supuso una inyección de confianza por ser el primer disparo de la tanda y otro a Wesley Sneijder, su segunda víctima. El portero argentino fue elegido el mejor jugador del partido por la afición, según recoge la web de la FIFA.
Esta buena actuación tiene un curioso trasfondo: el alumno derrotó al maestro. Nada más concluir el encuentro, Romero dio las gracias al seleccionador Alejandro Sabella por la confianza que le depositó al convocarle al Mundial, una decisión muy cuestionada por la afición; y después, al holandés Louis Van Gaal, quien le enseñó a mantener la calma bajo el larguero durante su paso por el AZ Alkmaar en la temporada 2008-2009. Curiosamente, el meta argentino se consolidó en esta posición en el fútbol holandés, jugando contra algunos de sus rivales en la noche del miércoles.
Romero quiso reconocer el mérito de Van Gaal: "Él le dice al portero que hay que estar atento todo el partido, que es un jugador más, uno más de los once. Le voy a estar agradecido porque llegué a los veinte años a Holanda y el era el único que me hablaba en español para que me sintiera cómodo".
La portería era la posición más cuestionada en la lista de Sabella para Brasil 2014. En los últimos seis meses, Romero apenas había salido del banquillo del Mónaco. A sus 27 años, no ha logrado desbancar al croata Danijel Subasic de la meta del equipo del Principado.
Viendo a Romero, a muchos aficionados les vino a la cabeza Sergio Goycochea en el Mundial de Italia de hace 24 años. Goycochea, que pasó de suplente a titular ante la lesión de Nery Pumpido, se enfundó el traje de héroe al detener varios disparos en la tanda de penaltis de cuartos ante Yugoslavia y en la semifinal ante la azzurra. Romero tiene una final por delante para convertirse en leyenda.