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La fiebre del fútbol se extiende por Estados Unidos

Las audiencias del Mundial de Brasil han revelado el avance de este deporte en un país en el que tradicionalmente ha sido minoritario.

Las audiencias del Mundial de Brasil han revelado el avance de este deporte en un país en el que tradicionalmente ha sido minoritario.
Obama siguiendo un partido de la selección de Estados Unidos. | Cordon Press

Sentado en el Air Force One atento al televisor junto a sus asesores. La imagen que difundió la Casa Blanca de Barack Obama siguiendo uno de los partidos de la selección de Estados Unidos en el Mundial de Brasil fue la mejor ilustración para explicar el avance del fútbol en territorio norteamericano.

Obama se unió a los millones de estadounidenses que se han rendido al fútbol en el país más poderoso del mundo. Según cifras de las cadenas de televisión que transmiten el evento, ESPN y Univisión, casi 26 millones de espectadores vieron el partido del equipo de Jürgen Klinsmann contra Portugal, un dato superior a los partidos de la final de la NBA o la Serie Mundial de béisbol. ESPN aseguró en un comunicado que el Estados Unidos-Portugal fue el "partido de fútbol más visto en Estados Unidos", superando los casi 18 millones de televidentes que siguieron la final del Mundial femenino de 1999 entre Estados Unidos y China en la ABC.

Las plazas de las principales ciudades se llenaron para seguir los encuentros de la selección a través de pantallas gigantes y la fiebre por el soccer parece haber entrado de lleno en los hogares americanos. Se cumplen 20 años desde que el país organizase por primera vez un Mundial de fútbol. Para hacerlo, la FIFA les obligó a tener una liga de fútbol propia. La Major League Soccer se creó el 17 de diciembre de 1993, para cumplir la promesa de la Federación de Fútbol de los Estados Unidos (USSF) a la FIFA de establecer una liga profesional de fútbol a cambio del Mundial. Su objetivo era el de formar uno de los grandes campeonatos del mundo y, además, hacerse con un hueco dentro del panorama deportivo del país. Las primeras cifras de espectadores desataron el optimismo sobre las posibilidades del fútbol, pero lo cierto es que nunca terminó de cuajar.

Entre los motivos para explicar el porqué de la escasa afición al fútbol de los estadounidenses se pueden enumerar tres causas principales. En primer lugar, la tradición histórica de deportes como el fútbol americano, el béisbol o el hockey frente a un deporte prácticamente desconocido pesó mucho sobre las posibilidades del soccer. Estados Unidos es un país con gran respeto por las tradiciones y en la agenda deportiva apenas tenía cabida.

Los empates y las pausas

Por otro lado, el fútbol trae consigo un concepto de espectáculo completamente distinto al que conocían los norteamericanos y los propios anunciantes. Acostumbrados a vivir encuentros de baloncesto, béisbol o hockey, donde abundan las pausas en el juego y pueden moverse de sus localidades para comer algo e, incluso, no importa si llegas tarde o te pierdes algo, el fútbol cambia por completo la manera de vivir un acontecimiento deportivo. Solo existe un descanso de 15 minutos, el choque dura menos tiempo y cualquier ausencia puede significar perderse alguno de los momentos más transcendentales del partido.

A todo ello, hay que añadir que el fútbol introdujo un concepto completamente nuevo para los estadounidenses: el empate. En el deporte norteamericano no existe la posibilidad de que un partido pueda concluir igualado. De hecho, en sus primeros años la MLS trató de adaptar el fútbol a las propias "reglas" del deporte norteamericano. En un primer momento, se impuso que el reloj descontase los minutos hacia atrás y el partido concluyese cuando la cuenta llegase a cero. Pero el cambio más sustancial tuvo que ver con la imposibilidad de que se diesen los empates.

Para definir un encuentro que había terminado igualado se impuso el shoot-out, similar al del hockey, en el que un jugador tenía 5 segundos para recorrer 35 metros y marcar. Ambas prácticas acabaron desterradas con el cambio de reglas de 1999, aunque entre 2000 y 2003 se probó con el gol de oro. No obstante, el concepto del empate todavía es complicado de comprender para los aficionados y, por ello, cuando Estados Unidos empató con Portugal la cadena CNN se ocupó de explicar lo que significaba.

Inmigrantes latinos

Sin embargo, poco a poco el fútbol ha ido haciéndose hueco en los hogares norteamericanos hasta el punto de convertirse en el deporte con mayor crecimiento del país. En el año 2013, la encuesta anual Luker of Trends que edita la ESPN sobre los hábitos de los aficionados al deporte reveló que que el soccer era el segundo deporte más popular en Estados Unidos entre los 12 y los 24 años, superando a la NBA, el béisbol y el fútbol americano. El estudio también señala que el 30% de los hogares norteamericanos albergan al menos a una persona que juega fútbol y que Messi, Beckham y Cristiano Ronaldo están entre los 50 deportistas más conocidos.

El cambio de tendencia parece haber llegado con el relevo generacional debido a la coincidencia de varios motivos que explican la fiebre del fútbol. El primero tiene que ver con la inmigración, Estados Unidos cuenta con casi 50 millones de ciudadanos de origen latino, que conocen la cultura futbolística desde la cuna y han extendido la afición. Además, otro factor relevante es que se ha convertido en el deporte preferido de los padres para que practiquen sus hijos. El fútbol americano es demasiado peligro y el soccer ha sido el sustitutivo perfecto para evitar lesiones más graves. Según datos publicados por The Wall Street Journal, el fútbol ya es el segundo deporte más practicado entre los 6 y los 18 años.

Por último, otro factor a tener en cuenta es su difusión por televisión. El acceso a la grandes ligas europeas a través de la plataformas por cable ya es un hecho y la audiencia comienza a crecer exponelcialmente. De hecho, después de los brasileños, los estadounidenses fueron los que más entradas compraron para ver el Mundial (196.838), según los datos publicados por la FIFA. Los jugadores de su selección fueron recibidos como héroes después de caer en octavos de final ante Bélgica y la MLS se prepara para la llegada de grandes jugadores e importantes inversiones como la que ha hecho el Manchester City con la compra de la franquicia de un equipo en Nueva York. Anunciantes y patrocinadores se frotan las manos y esperan que el impulso del Mundial propicie el paso definitivo del fútbol en Estados Unidos.

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