Las bromas de Diego Simeone en la vuelta de la Supercopa de España ante el Real Madrid (1-0) le pueden costar muy caras al técnico argentino. Un partido que pasará a la historia no sólo por el título conquistado por el Atlético de Madrid, en casa y ante el eterno rival, sino por la expulsión del Cholo.
A los 25 minutos, Simeone fue expulsado por "protestar de forma ostensible con los brazos en alto, saliendo del área técnica en repetidas ocasiones, haciendo caso omiso a las instrucciones del cuarto árbitro que en varias ocasiones le advertía que cesara en su actitud", según reflejó el árbitro David Fernández Borbalán en el acta del partido. Con el reglamento en la mano, al entrenador rojiblanco le pueden caer dos partidos de sanción.
Pero hay más. Acto seguido, Simeone "se dirigió al cuarto árbitro, golpeándolo con la mano abierta en la cabeza en dos ocasiones". Es decir, dos collejas. El Comité de Competición lo puede interpretar como una agresión -cuatro partidos- o como un menosprecio -dos-.
Fernández Borbalán también incluyó en el acta los aplausos que le dedicó el entrenador colchonero, en señal de mofa hacia su actuación, con lo que el comité podría sancionarle con otros dos partidos por menosprecio.
Tras su expulsión, Simeone decidió ver la segunda parte del partido en la grada, donde montó todo un show. El cuarto árbitro le indicó que no podía estar en esa zona del estadio, sino que debía quedarse en el vestuario o en el palco, pero el entrenador no le hizo caso y por este hecho le pueden caer otros dos partidos más de sanción.
En definitiva: entre las protestas, las collejas, los aplausos al árbitro y el show en la grada, a Simeone, que después del partido pidió disculpas por su actitud y dijo que su expulsión se debió a la "ansiedad", le pueden caer entre ocho y diez partidos de sanción, en función de cómo interprete el comité las sanciones.