La venta del Valencia al magnate de Singapur Peter Lim ha vuelto a quedar bloqueada después de un intenso verano en la entidad levantina. Cuando el pacto parecía próximo a cerrarse, Bankia y Lim siguen sin alcanzar un acuerdo y el empresario ha decidido detener las negociaciones.
Todo hacía indicar que el cierre de la operación para hacerse con el 70,4% de las acciones era inminente. Los asesores de Lim llevan todo el verano trabajando en el club y el empresario se ha implicado directamente en la planificación de la plantilla trayendo a dos de los futbolistas, André Gomes y Rodrigo, propiedad de Meriton Holdings, la empresa que dirige.
Según informa el diario El Mundo, la negociación se ha enquistado en una de las condiciones impuestas por Bankia. El banco quiere que Lim presente un plan sostenible de endeudamiento, algo a lo que el magnate se niega porque no quiere tener ningún límite. Sin embargo, el banco necesita un plan real que le asegure cobrar la deuda que actualmente posee el club después de haberla refinanciado. Meriton Holdings planea hacer un préstamo de 100 millones de euros al club, que pretende cobrar en 2018 con intereses. Bankia considera inaceptable esta opción, después de que haya refinanciado la deuda de 230 millones que mantiene el Valencia a 15 años, porque ve en riesgo su parte.
También hay desacuerdo en lo que se refiere a la explotación comercial del Nuevo Mestalla. Siempre pensando en el cobro de lo que debe el club, Bankia quiere que un porcentaje de lo que se ingrese se destine a ir reduciendo la deuda, algo que no quiere aceptar Meriton. En este punto, además, el banco también tiene dudas acerca de los traspasos de los jugadores. Como sucede con los recién llegados Rodrigo y André Gomes, Lim, a través de Meriton, posee los derechos de varios futbolistas. Bankia teme que alguno de los jugadores del club, que son patrimonio de la institución, puedan ser comprados por Meriton para luego ser revendidos a un precio más alto a otros clubes. En ese caso, quiere aclarar qué porcentaje de esos ingresos reverterían sobre el club.
En definitiva, los puntos de conflicto todavía son amplios y, a pesar de que se daba por segura la venta, Lim ha cortado las negociaciones y no acepta las condiciones que impone el banco porque considera que no le incumbe cómo se gestione el club. Después de varios meses, la negociación sigue en un preocupante punto muerto.