El técnico del Arsenal, Arsene Wenger, le desea "lo mejor" a Cesc Fábregas, su antiguo pupilo, antes de que el jugador español se mida este fin de semana a los gunners con la camiseta del Chelsea.
Cesc, que debutó a las órdenes de Wenger cuando todavía no había cumplido 17 años, dejó Londres en agosto de 2011 para jugar en el Barcelona y este verano ha comenzado su segunda etapa en Inglaterra en el vestuario del portugués José Mourinho.
"Cuando Cesc mire hacia atrás en su carrera verá que el Arsenal y yo mismo hemos tenido un impacto muy positivo para él, nadie puede cuestionar eso", afirma Wenger, que dice no arrepentirse de haber permitido la marcha del jugador.
"Cuando se fue, compramos a Özil como jugador ofensivo. Tenemos a Cazorla, a Wilshere, a Ramsey, a Oxlade-Chamberlain... Todos son jugadores ofensivos", razona el preparador francés.
Wenger dice no guardar "ninguna animosidad personal" contra Fábregas y le deseó "lo mejor". "Es un gran jugador y una gran persona, es un jugador al que amo, pero una vez que nos deja, nos ha dejado. Somos todos profesionales y debemos aceptar eso", subraya.
El Arsenal juega este domingo en Stamford Bridge un duelo que asentaría a los gunners como firmes candidatos al título este año en caso de victoria, aunque una derrota los colocaría a nueve puntos de los blues.
Entre los atractivos de ese duelo, cobra relevancia el enfrentamiento personal que mantienen desde hace años Mourinho y Wenger. Y el técnico galo, de 64 años, que esta semana ha cumplido 18 al frente del Arsenal, no duda en lanzar un dardo a Mou: "Uno de los privilegios de la edad es que tu ego es menos importante y haces más caso a lo que realmente lo es. Ahora mismo lo es la actuación del equipo. No es un duelo entre dos entrenadores, es un partido entre dos equipos y dos clubes".