El Partick Thistle, un modesto club que milita en la Premier League escocesa, ha saltado a la fama gracias a los peculiares métodos de su entrenador. A Alan Archibald, que fue jugador de este equipo y del Dundee United, no se le ha ocurrido otra cosa que castigar la falta de intensidad de sus futbolistas obligándoles a llevar disfraces ridículos en las sesiones de entrenamiento.
Así, en los últimos días se ha podido ver a Jake Carroll con un disfraz que simulaba el interior del cuerpo humano, o a Gary Fraser como una bailarina de ballet con un vestido y tutú rosas.
Sin duda el castigo más sonrojante que se ha visto en el fútbol escocés y posiblemente en el fútbol mundial.